A nivel social el envejecimiento y la vejez han estado sujetos a diversas representaciones sociales que varían en función del momento histórico, costumbres, creencias, experiencias y otros elementos que han conformado una imagen determinada de estos procesos y se han ido trasmitiendo de generación en generación.
En las sociedades modernas se ha generado una representación social de la vejez y el envejecimiento cargada de elementos negativos, mitos, prejuicios y estereotipos que han provocado discriminación y rechazo a todo lo que implique envejecer.
En este sentido, una de las maneras de derribar una representación social negativa hacia las personas mayores es promover y fortalecer las relaciones intergeneracionales, lo que ayudará a construir relaciones sociales que permitan la plena participación de todas las personas sin importar su edad.
Las relaciones intergeneracionales promueven el desarrollo y la participación social de las personas adultas mayores generando una nueva cultura de entendimiento en el proceso del envejecimiento y la vejez, lo que favorece la participación de las personas en el marco de “Una sociedad para todas las edades”.
Cuando se retoma el concepto de intergeneracionalidad, se hace alusión a la convivencia de personas de diferentes edades; sin embargo, establecer relaciones intergeneracionales implica algo más que sólo una convivencia, involucra:
De acuerdo con la Organización Iberoamericana de Seguridad Social Social (OISS), promover y fortalecer la solidaridad intergeneracional es un elemento clave para el desarrollo económico y social de los pueblos. Una sociedad para todas las edades exige el reconocimiento explícito de la importancia decisiva que tienen las relaciones y la cooperación intergeneracional a nivel de familia y sociedad, siendo además un requisito para la cohesión social.
En este sentido, es importante reconstruir una cultura del envejecimiento y las vejeces a través de las relaciones intergeneracionales puede tener múltiples beneficios en las personas involucradas, entre ellos:
Todas las generaciones se benefician de manera mutua; por ejemplo, las personas mayores enseñan, transmiten valores y costumbres; los jóvenes necesitan ser cuidados, buscan identidad cultural, modelos positivos y aprender del pasado, entre otros.