La resiliencia se construye a lo largo del curso de vida, a partir de los aprendizajes y tipos de afrontamiento desarrollados por cada persona; en este sentido, la resiliencia es una herramienta que permite responder y hacer frente a experiencias dolorosas, extremas y/o traumáticas. Este elemento está compuesto por factores de riesgo y protectores. Es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, aprender de ellas, superarlas, e inclusive ser transformados por éstas, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2020).

Los factores de riesgo son acontecimientos vitales que aumentan la probabilidad de que las personas tengan situaciones que incidan negativamente en su vida. Ejemplos de este tipo de eventos son las pérdidas, la violencia física, psicológica; la enfermedad, la desintegración familiar, la discriminación, es decir, cualquier situación que dañe la salud y bienestar de las personas.

Los factores de protección tienen cuatro funciones principales:

•    Reducir el impacto de los riesgos cuando la persona está expuesta a una situación adversa;
•    Disminuir las reacciones negativas en cadena después de la exposición al riesgo;
•    Establecer y / o mantener la autoestima y la autoeficacia; 
•    Establecer relaciones de apego seguro, y crear oportunidades para revertir los efectos.

Las características de las mujeres mayores resilientes son aquellas que a pesar de estar en situaciones de adversidad y expuestas a factores de riesgo, tienen la capacidad de utilizar factores protectores para sobreponerse a la adversidad pese a los pronósticos desfavorables. Para Freixas, A (2013) las mujeres han utilizado diferentes prácticas para edificar sus fortalezas:

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Diversos estudios han demostrado que también existen otros factores protectores que han contribuido a las mujeres mayores a ser más resilientes:

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Utilizando los factores protectores es como las mujeres mayores pueden construir su resiliencia, de manera que logran enfrentar los retos que se presentan durante su curso de vida, lo que a su vez les posibilita vivir su proceso de envejecimiento con bienestar.  

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En este sentido, resulta importante que las mujeres fortalezcan su resiliencia, además de fomentar la equidad y generar espacios que les permitan vivir una vida digna y libre de violencia.

Referencias

  1. Freixas, A (2013). Tan frescas: Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI. Ed. Paidos México.
  2. Organización Panamericana de la Salud. (2020). Resiliencia en tiempos de pandemia. Disponible en https://www.paho.org/es/documentos/resiliencia-tiempos-pandemia.