denominado Clínica de la Memoria, y quien trabaja desde hace varios en la detección y atención de este padecimiento.

En el marco del Día Internacional del Alzheimer, durante la Jornada “Cuidando al Cuidador”, celebrada en días pasados, y organizado por el Inapam, con motivo de esa efeméride, la doctora Rangel López explicó cómo se valora a los pacientes en la Clínica de la Memoria.

Debido al incremento de casos de pacientes adultos mayores con deterioro cognoscitivo o con demencia, las familias de estas personas se enfrentan día a día a la necesidad de aprender técnicas que les faciliten el manejo de este tipo de pacientes de por sí ya complicados, expuso la especialista.

Añadió que el modelo propone, además, otra forma de realizar la consulta en el primer nivel de atención.

–Durante la consulta se elabora el diagnóstico presuntivo en personas mayores por sospecha de deterioro cognitivo, mediante métodos simples, con la finalidad de determinar el grado de deterioro para su tratamiento integral. Uno de estos métodos son las pruebas de tamizaje –explicó.

Además de valorar a la persona afectada con demencia, integramos en la valoración a sus familiares y cuidadores con especial énfasis en problemas, vivencias y sentimientos que ocurren durante el cuidado de los pacientes. Este apoyo se brinda mediante el taller de gericultura, donde se evalúan los problemas conductuales y de cognición, y también con apoyo psicológico.

La magnitud y la gravedad de los procesos demenciales exigen reunir esfuerzos en todos los sectores sociales. La pérdida progresiva e irreversible de las funciones cerebrales superiores aumenta la discapacidad y los requerimientos económicos y de salud.

–La Clínica de la Memoria ayuda a que los familiares comprendan el proceso demencial y a lograr una mejor comunicación entre el paciente y la familia, mejorar su autoestima y a conservar las habilidades residuales del paciente –concluyó.

Una doctora muestra un reloj con la hora diez con diez y una adulta mayor empieza a dibujarlo.