/cms/uploads/image/file/186410/CapturFiles_3315.jpg

Actualmente, el Inapam, como rector de la política nacional sobre envejecimiento, atiende a más de 10 millones de personas adultas mayores. Su objetivo es coordinar, apoyar, fomentar, vigilar y evaluar las acciones  públicas, estrategias y programas que se deriven de ella. Además promueve el desarrollo integral de las personas adultas mayores, mediante empleo, ocupación, retribuciones, asistencia y oportunidades para mejorar su calidad de vida.

El envejecimiento de la población mexicana es uno de los mayores retos del gobierno federal y, por tanto, del Instituto. Los avances tecnológicos y de la medicina aumentaron la esperanza de vida en la segunda mitad del siglo XX, que pasó de 36 años, en 1950, a 74 en 2000.

Se espera que en las próximas décadas continúe su incremento hasta alcanzar 80 años, en el 2050. Según el Consejo Nacional de Población (Conapo), la esperanza de vida de las mujeres en 2011 fue de 77.9 años, y de 73 para los hombres. En 20150 será de 83.6 y 79.0, respectivamente.

En octubre de 1980, el Insen recibió por primera vez presupuesto propio y con eso, rentó una casa en la colonia Nápoles, donde instaló sus oficinas. A finales de ese año se inició el programa de afiliación de personas de 60 años y más. Los afiliados reciben una credencial que les da acceso a descuentos en diversos servicios y algunos bienes, además de que es un medio de identificación bien aceptado.

Las primeras acciones en beneficio de las personas mayores fueron, otorgar servicios de atención médica, establecer convenios con diversos organismos e instituciones, y promover actividades culturales, recreativas y manualidades.  

En enero de 2002 se publicó en el Diario Oficial el decreto por el cual el Insen pasa a formar parte de la Secretaría de Desarrollo Social, cambiando su nombre a Instituto Nacional de Adultos en Plenitud (Inaplen), con la idea de que los adultos mayores son fuente de experiencia y testimonio vivo de valores y virtudes en plenitud.

El 25 de junio del mismo año, se publicó en el Diario Oficial, la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores, la cual le dio nombre al actual Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores, con lo cual el  organismo reafirmó su posición rectora y coordinadora en asuntos de vejez y envejecimiento.

/cms/uploads/image/file/186409/CapturFiles_3314.jpg