Las personas en las que nos apoyamos y a quienes apoyamos, conforman nuestras redes de apoyo social. Estas redes se dan en lo cotidiano, es decir, en la familia, el trabajo, la escuela, la comunidad, y son lazos permanentes, asimismo, las redes pueden crecer o debilitarse, conforme quienes las integran cambien sus relaciones, con el paso del tiempo.

Las redes de apoyo social son: “el conjunto de relaciones que integran a una persona con su entorno social, o con personas con las que establecen vínculos solidarios y de comunicación para resolver necesidades específicas. Las redes pueden reducirse o extenderse proporcionalmente al bienestar material, físico o emocional de sus integrantes, y al involucramiento y la participación activa en el fortalecimiento de las sociedades. Están en constante movimiento y las integran personas (cualquier número a partir de dos) que comparten intereses, principios ciudadanos y que asumen principios de reciprocidad, no violencia y acción voluntaria”.

 

Entre los tipos de apoyos que brindan las redes podemos encontrar los siguientes:

  • Emocionales: afectos, confianza, compañía, empatía, reconocimiento, escucha. Pueden ser a través de visitas, llamadas telefónicas, invitaciones, abrazos, etc.
  • Instrumentales. Ayuda para transportarse, labores del hogar, hacer las compras, el cuidado o acompañamiento.
  • Cognitivos. Intercambio de experiencias, información, consejos que permitan entender o recordar una situación, etc.
  • Materiales. Dinero, alojamiento, comida, ropa, donaciones, etc.

 

Por otra parte, de acuerdo a los tipos de apoyo, las redes se pueden clasificar en formales e informales. Informales. Son las redes personales y comunitarias, a su vez se dividen en primarias y secundarias:

  1. Primarias. Están conformadas por la familia, amigos y vecinos. Cumplen funciones de socialización, cuidado y afecto, reproducción y estatus económico, entre otras.
  2. Secundarias. Es el mundo externo a la familia: grupos recreativos, organizaciones civiles y sociales que operan en la comunidad, organizaciones religiosas, relaciones labores o de estudio. Algunas de sus funciones son la compañía social, el apoyo emocional, la guía cognitiva y de consejos, la regulación social, dar ayuda material y de servicios y la posibilidad de acceder a nuevos contactos.

Formales. Son las redes conformadas por organizaciones del sector público en los diferentes niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), que cumplen funciones de orientación, información, 

capacitación, promoción y atención a la salud, alimentación, defensa de derechos, recreación, cuidados.

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Características de las redes de apoyo social:

  1. Hay un sentido de solidaridad entre sus integrantes.
  2. Son heterogéneas e incluyentes, ya que pueden estar integradas por personas de cualquier edad, sexo, condición económica, creencias, etc.
  3. Actúan con autonomía, según el criterio de las propias redes.
  4. Buscan alcanzar objetivos concretos, según las necesidades que surgen.
  5. Existe la reciprocidad, se da y recibe en proporción a las circunstancias de cada persona o grupo.
  6. Se da interacción entre sus integrantes y elementos externos, sociedad e instituciones.
  7. Son cambiantes, es decir, se renuevan y adaptan a las necesidades del entorno a través del tiempo.
  8. Son resolutivas, generan una respuesta y/o solución a las diversas situaciones.

Es importante hablar de redes de apoyo social para personas mayores porque…

  1. En nuestro país aumenta la esperanza de vida y con ello la población adulta mayor.
  2. Conforme avanza la edad, es posible la disminución de la funcionalidad y el incremento de dependencia.
  3. Existen personas mayores que viven solas, situación que las coloca en riesgo de depresión y aislamiento.
  4. Las medidas para satisfacer las necesidades de la población mayor son un reto colectivo.
  5. Hay que promover una imagen social positiva del envejecimiento y la vejez, así como mitigar los estereotipos negativos que los afectan.
  6. Hay personas mayores que reciben malos tratos.
  7. Hay que generar lazos de solidaridad intergeneracional.

 

Las redes de apoyo social representan un aspecto importante en el bienestar de las personas mayores, dado que a través de ellas pueden recibir los siguientes beneficios:

  1. Continuar participando en la transformación de la sociedad.
  2. Sentido de pertenencia, las personas mayores se sepan integradas, valoradas, cuidadas y estimadas.
  3. Alternativa contra la depresión, el aislamiento y el abandono.
  4. Disminuye riesgo de malos tratos.
  5. Afecto, compañía, apoyo recíproco y fortalecimiento de la autoestima.
  6. Mantener la independencia y autonomía.

Conocer las principales redes de apoyo social con las cuales se cuenta en la vida diaria, así como en situaciones de crisis, permite acudir a la persona o personas indicadas en el momento en que suceda alguna situación que no es posible enfrentar aisladamente, por lo que se recomienda;

  • Realizar un listado de aquellas personas que nos apoyarían incondicionalmente,
  • Organizar este listado por grupos de apoyo, es decir, si son familiares, amistades, vecinos y los tipos de apoyos que pueden brindar.
  • De estos grupos, identificar cuál sería el más importante y por qué
  • Mantener actualizado los contactos de los grupos de apoyo.

¿Dónde pueden formar redes sociales de apoyo las personas adultas mayores?

  • En espacios comunitarios donde se reúnen grupos de personas mayores
  • Incorporándose como persona voluntaria para realizar acciones tales como: promotor(a) de lectura en bibliotecas, enseñando algún oficio, por ejemplo, taller de carpintería, pintura, monitor de activación física, guía de turistas en museos, etc., a grupos de personas mayores o de otras edades.
  • En actividades dentro de la comunidad o en visitas a hospitales o centros de atención de personas en situación de vulnerabilidad.
  • En grupos de personas que realizan alguna actividad física, recreativa, cultural o artística (danza, baile), los hay en las diferentes alcaldías y municipios de las entidades federativas.
  • Incorporándose a cursos de capacitación sobre temas de interés, entre ellos el proceso de envejecimiento.
  • Participando en excursiones o paseos que promueven a nivel comunitario o bien a través de los grupos organizados de personas que coordinan municipios y alcaldías en las entidades federativas.
  • En organizaciones de personas adultas mayores jubiladas, donde las personas mayores acceden a diversas actividades de ámbito cultural o educativo.

El INAPAM, cuenta con clubes en la Ciudad de México y en las entidades federativas, así como centros culturales donde se ofrecen actividades socioculturales, recreativas y de activación física.

Siendo estos espacios una alternativa para formar y acrecentar las redes sociales en las personas adultas mayores, ya que el contacto cotidiano permite la interacción, creando lazos de solidaridad y apoyo entre quienes concurren de forma permanente.

En estos espacios se les brindan beneficios emocionales, ya que las personas se divierten, conviven, crean vínculos de amistad solidaria y además aprenden diversas actividades, de la misma manera, realizan actividades que en el trayecto de vida no les ha sido posible llevar acabo.

Para mayor información sobre los clubes visita https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/119967/DIRECTORIO_CLUBES.pdf

Referencias

  1. INAPAM. Acciones y programas. Clubes INAPAM. Recuperado de https://www.gob.mx/inapam/acciones-y-programas/clubes-inapam-a-nivel-nacional
  2. INGER. (2014). Redes de apoyo. Instituto Nacional de Geriatría. Recuperado de http://www.geriatria.salud.gob.mx/
  3. Secretaría de Salud del Gobierno del Distrito Federal. “Guía para la formación y fortalecimiento de redes de apoyo social para personas adultas mayores. México, 2006.