Solís González señaló que hay diferentes tipos de duelo, por ejemplo: normal, anticipado, retardado, complicado, crónico, patológico, duelo no elaborado.

Etapas identificadas del duelo son, negación, ira o enojo, depresión, negociación y, por último, aceptación, dijo, ante personal del Instituto, dedicado a la atención de personas adultas mayores.

Durante el duelo podemos experimentar diversas emociones como tristeza, soledad, desamparo, impotencia, confusión, desesperanza, depresión, desgano, culpa, angustia, ansiedad, desánimo y melancolía.

Señaló algunas tareas para afrontar el duelo como –aceptar la realidad de la pérdida, que es siempre un proceso personal, trabajar el dolor y las emociones de la pérdida, adaptarse al medio en el que el fallecido está ausente, recordar las vivencias agradables y seguir viviendo.

–Uno es responsable de su existencia, nadie más –precisó.

Algunos consejos para afrontar exitosamente un duelo pueden ser, darse tiempo, ser paciente; aceptarse vulnerable, hablar de lo sucedido, no tomar decisiones importantes en estando de alteración, y no auto medicarse.

Además, aceptar la compañía de la familia y amigos, tener confianza en sí mismo, tener conciencia plena de lo que sucede, permitirse disfrutar y reír, pues la vida continúa, y saber que es pasajero. Considerar el evento como un aprendizaje, y agradecer lo aprendido.

 

Fin del duelo

La experta explicó que todas las pérdidas precisan de un proceso, el duelo oscila entre un año y medio y dos, aproximadamente. La persona experimenta un duelo satisfactorio cuando piensa en el fallecido sin sufrimiento.

Es decir, hay síntomas físicos que la alteren, no quiere cambiar el pasado, reflexiona en el impacto positivo que le dejó la persona fallecida, invierte sus emociones, vive el presente y se reconoce a sí mismo como un ser fortalecido

Por último, la invitó a una reflexión con las siguientes preguntas:

¿Cómo me voy o cómo me quiero ir?  ¿Pleno, amoroso, frustrado, rencoroso, feliz? ¿Estamos en paz o tenemos duelos pendientes? ¿Cuál es nuestro proyecto existencial? Siempre es un buen momento para cerrar círculos, elaborar duelos, activarnos y decir sí a la vida –enfatizó.

Estos y otros cursos están disponibles en la página del Inapam; tienen como propósito preparar mejor a especialistas y a personas interesadas en temas de vejez y envejecimiento. Son parte del programa de Enseñanza del Inapam.

Patricia Solís González, especialista del Instituto Mexicano de Tanatología.

 

Participantes del curso Duelo y Sufrimiento impartido en INAPAM