La Economía Social es un modelo socioeconómico de organismos de propiedad colectiva basada en relaciones de solidaridad y cooperación que mediante empresas, coloca en el centro al trabajo, la toma de decisiones democrática y la distribución equitativa de la riqueza.  Lo más importante en este modelo es el trabajo que aportan las personas ya que es la fuente que genera riqueza, por el contrario, en el modelo en el que nos encontramos inmersos la prioridad es el capital. Dentro del modelo de Economía Social el capital es un mecanismo que se pone en función del trabajo y no al revés. Las decisiones se toman de manera democrática, es decir, una persona un voto, por ello se facilita la búsqueda del bien común.

Para facilitar el funcionamiento de las empresas de Economía Social, existen principios y valores de los cuales regirse. En el caso de México, están plasmados en la Ley de Economía Social y Solidaria (LESS). Los valores son: ayuda mutua, democracia, equidad, honestidad, igualdad, justicia, pluralidad, responsabilidad compartida, solidaridad, subsidiariedad, transparencia, confianza, y autogestión. Mientras que los principios son: autonomía e independencia del ámbito político y religioso, régimen democrático participativo, forma autogestionaria de trabajo e interés por la comunidad.

El Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) es el encargado de operar e instrumentar lo escrito en la LESS con el fin de fortalecer y desarrollar el sector social de la economía a través de la participación, capacitación, investigación, difusión y apoyo de los Organismos del Sector Social de la Economía (OSSE).

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Esto lo hace a través de subsidios otorgados directamente a los Organismos del Sector Social de la Economía (OSSE) que están integrados, según la LESS por: ejidos, comunidades, organizaciones de trabajadores, sociedades cooperativas, empresas que pertenezcan mayoritaria o exclusivamente a los trabajadores y en general, de todas las formas de organización social para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios  socialmente necesarios. Los subsidios están catalogados, desde reglas de operación, para inversión productiva, desarrollo de capacidades y apoyos para Banca Social. Mismos que están directamente relacionados con las estrategias para la generación de empresas más verdes.

En términos generales, lo que busca promover el INAES es la creación, desarrollo, consolidación y crecimiento de empresas de Economía Social u OSSE que se integren en Ecosistemas de Economía Social. Los cuales son el conjunto de mecanismos económicos y sociales que se llevan a cabo en un territorio determinado con el objetivo de atraer, producir y mantener la riqueza entre sus habitantes. Es decir, se busca tener ejercicios de economía social en la producción, transformación, consumo de bienes y servicios y en el ahorro y préstamo tanto para el ámbito personal como para las mismas empresas. El objetivo es mantener la riqueza dentro del territorio en el que se llevan a cabo las actividades económicas, para favorecer a la adecuada distribución de la misma y evitar ampliar las brechas de desigualdad. Los ecosistemas de economía social también buscan atender temas de educación, cultura, salud, espacios públicos, entre muchos otros.

Ante el planteamiento de los ecosistemas de economía social y el contexto actual, el INAES está incorporando un eje de sustentabilidad, en el cual se busca incluir temas de vulnerabilidad ante el cambio climático, producción amigable con el medio ambiente, negocios verdes, entre otros. En otras palabras, se busca apoyar empresas de economía social que tengan acciones relacionadas al cuidado y conservación del medio ambiente o bien que desde el sector en el que se encuentren puedan transitar hacia ser “más verdes”. Asimismo, la economía social cuenta con el principio de cuidado a la comunidad, el cual generalmente engloba acciones en favor del cuidado del medio ambiente y el valor de responsabilidad compartida.

Se tiene evidencia que la mejor forma de gestionar bienes comunes es a través de ejercicios como la Economía Social. Es decir, la biodiversidad que existe en México, los servicios ecosistémicos que se obtienen de los ecosistemas, los recursos naturales, etc., se gestionan mejor cuando las decisiones son colectivas, consensuadas y principalmente se involucra a aquellos que poseen los recursos y/o la tierra a manejar. En este sentido, es importante mencionar que el 74% de la biodiversidad se encuentra en ejidos y comunidades que son unidades de propiedad social, mismos que albergan el 65% de los bosques y selvas del país.

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Por otro lado, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha impulsado el concepto y la creación de empleo verde, el cual puede ser definido como empleos decentes[1] que aumentan la eficiencia del consumo de energía y materias primas, limitan las emisiones de gases de efecto invernadero, minimizan los residuos y la contaminación, protegen y restauran los ecosistemas, y contribuyen a la adaptación al cambio climático, desde cualquier sector. Ante este escenario, podemos asegurar que la Economía Social es una herramienta para generar empleos verdes siempre y cuando sus actividades estén relacionadas a la preservación del medio ambiente y/o la restauración del mismo. Así, promoverán el arraigo de la riqueza en el territorio y favorecerán los procesos participativos, el diálogo social, la generación de redes y el fomento al empleo y su conservación.

La economía social y el empleo verde son conceptos que pueden ser complementarios y que en esencia buscan los mismos objetivos: disminuir la desigualdad, promover trabajo en mejores condiciones, el bien común, la resolución de necesidades y el cuidado a la comunidad y/o medio ambiente.

Toda necesidad económica puede ser resuelta a través de Economía Social, al igual que los empleos verdes. No son limitativos a un sector, población, región o ubicación geográfica. Existen ejemplos de grandes cooperativas que generan insumos para la industria automotriz, banca social que supera a la comercial en algunos países, universidades cooperativas, mutuales de salud y muchos otros. Por ello es que ambos conceptos, en especial cuando se articulan, son una herramienta eficaz ante los desafíos que se presentan para la transición hacia una Economía Verde.

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De acuerdo con la evaluación nacional de la existencia y potencial de empleos verdes de México, los sectores que contienen el mayor índice de trabajo decente son la silvicultura sostenible y la energía renovable. Mismos que tienen un gran potencial en términos de economía social.

En el país existen diversos ejemplos, como la empresa ICOFOSA – TIP MUEBLES, que confirman que la mejor manera de manejar un bosque de manera sustentable es a través de economía social, ya que son bienes comunes y su aprovechamiento y transformación deben realizarse igualmente de manera colectiva y con una visión a futuro, para así repartir los beneficios entre todos.

El INAES tiene intervenciones tanto en el sector rural como en el urbano y parte importante de la población objetivo son aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad como jóvenes, mujeres, indígenas, personas con discapacidad, entre otros. Busca, conjuntamente, que en cualquier sector económico y cualquier actividad realizada ya sea de producción o de transformación, consumo o banca, los dueños del emprendimiento puedan apropiarse de la mayor cantidad posible de eslabones de la cadena de valor, para evitar intermediarios y mejorar los precios de los productos o servicios y como consecuencia, el ingreso.

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Existen diversos ejemplos, pero principalmente cooperativas agrícolas, que ayudan a demostrar la eficiencia de la economía social como medio para la generación de empleos verdes e iniciativas locales. Son ejercicios sólidos, replicables y que pueden formar parte de un proceso mayor como es un Ecosistema de Economía Social en el que se busca la apropiación de las cadenas de valor, de desarrollar la participación y fomentar la inclusión de todos.

El desarrollo sustentable y el cumplimiento de la Agenda 2030 pueden ser alcanzado a través de alternativas a los modelos actuales, como los empleos verdes y la economía social que juntos engloban las tres grandes esferas: económica, social y medioambiental. Por lo que articulando acciones se pueden generar sociedades más justas, ambientes más sanos y economías inclusivas y fortalecidas.

 

 

[1] Según la OIT, el trabajo o empleo decente sintetiza las aspiraciones de las personas durante su vida laboral. Significa la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo y la protección social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social. http://ow.ly/GCZg30pc2pc

Referencias.

Ley de Economía Social y Solidaria. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/101052/2.-_Ley_de_Econom_a_Social_y_Solidaria.pdf

Programa de Fomento a la Economía Social https://www.gob.mx/inaes/acciones-y-programas/programa-de-fomento-a-la-economia-social-2015-2018

Grupo de Trabajo Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre Economía Social y Solidaria. La Economía Social y Solidaria y el Reto del Desarrollo Sostenible. Julio 2014 http://unsse.org/wp-content/uploads/2014/08/Position-Paper_TFSSE_Esp1.pdf