La pitahaya es un fruto exótico que se da en condiciones semiáridas, por lo que el clima extremo de la mixteca baja de Puebla es el lugar idóneo para su producción.

Durante años a los productores de la zona les hacían falta insumos técnicos para llevar a cabo su cultivo de manera exitosa, y constantemente eran víctimas del coyotaje que impera en la región.  

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Este grupo de productores del municipio de Caltepec, Puebla, está conformado mayoritariamente por mujeres, las cuales decidieron buscar otras opciones para fortalecer su producción, primero vendiendo el producto al pie de la carretera en las ciudades más cercanas a la comunidad e incluso en la Ciudad de México, así como buscando apoyo por parte del INAES, por lo que se organizaron dentro de la Economía Social bajo el nombre Grupo Flor de Julio.

El Instituto les apoyó con 250 mil pesos para instalar tutores, adquirir plantula, herramientas, capacitación e insumos.  Esta actividad genera empleos directos e indirectos, pues si bien no todos los habitantes cuentan con una parcela para la producción de pitahaya, son contratados en las labores, especialmente en la época de cosecha, cuando se emplea más mano de obra desde la cosecha hasta el empaque.

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Actualmente, la venta de su producto ha alacanzado los 40 pesos por kilogramo , con lo que han renovado su convicción de que el cultivo de pitahaya es una opción rentable para mejorar sus condiciones de vida.

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