La historia de la floricultura no tiene un inicio determinado, sin embargo, los primeros vestigios encontrados son de las culturas sumeria y egipcia, las cuales comenzaron a utilizar plantas silvestres como ornamentos, creando así los primeros jardines de los que se tiene registro, aunque se estima que el uso de plantas silvestres como decoración inició mucho antes.

A partir de estos registros se encuentran muchos más a lo largo de la historia y en diversas civilizaciones de todo el mundo, sobre todo Asia Menor donde hay datos de las diferentes plantas que se utilizaban como ornamento en lugares como: Babilonia, Grecia y China. Todos con diferentes flores endémicas como la rosa, la peonía, el crisantemo y la camelia.

/cms/uploads/image/file/457458/DSC_1988.jpg

Es a partir de los siglos XVIII y XIX, que se comienza con la introducción de diferentes tipos de flores hacia Europa, permitiendo que se observe una mejora en las especies y creando las variedades de flores que se mantienen hasta nuestros días. Pero no fue hasta 1930, aproximadamente, cuando principia la producción comercial de flores de corte.

Después de la Segunda Guerra Mundial se desarrolla el modelo industrial de producción y además se gesta la idea de un mercado para comercializarlas, siendo considerado en un inicio como un producto suntuoso y para personas con un alto poder adquisitivo, pero que ha pasado a formar parte de la vida cotidiana de la mayoría de los ciudadanos. 

/cms/uploads/image/file/457460/IMG_7882.JPG

Ahora que tenemos un panorama general de la floricultura la pregunta es: ¿Cómo inició la Floricultura en México?  Ésta inicia entre los años cuarenta y cincuenta con el arribo de un numeroso grupo japonés que buscaba aprovechar la calidad del suelo y las facilidades climáticas de nuestro país para desarrollar sus cultivos de flores.

Es así como nuestra agricultura se termina convirtiendo en un gran bastión de cultivos florícolas de las más variadas especies; además de permitir el desarrollo de la economía social gracias a que esta actividad permite generar producción durante todo el año, logrando que comunidades enteras se desarrollen tomando como base económica esta actividad y sus derivados.

/cms/uploads/image/file/457459/DSC_1892.jpg

Como ejemplo exitoso de este modelo tenemos el Estado de México, donde se ha logrado alcanzar y mantener una calidad en las flores que permite exportar hacia países como Canadá, Estados Unidos, Reino Unido y Japón. Generando un valor económico importante pues con un espacio más pequeño de cultivo se logran ganancias iguales o superiores a la cosecha de otros productos en un territorio diez veces mayor.

Esta industria ha logrado desarrollarse en México gracias a la dedicación de los emprendedores sociales y al apoyo que el INAES ha otorgado a diversos proyectos productivos de esta línea de producción, que permite hacer los momentos románticos más especiales, enviar buenos deseos, adornar los lugares de reposo de nuestros seres queridos, pero sobre todo mejorar la calidad de vida de miles de personas en todo el país.