El concepto de “emprendedor social” surgió en los años 60’, pero hasta la década de los 80’ fue cuando el término tuvo una aceptación general. Cuando un proyecto logra el balance entre hacer negocios y al mismo tiempo resolver un problema que afecta a la sociedad, es considerado un proyecto o empresa social según sea el caso. Pero antes de avanzar vamos a sus orígenes.

¿Qué es un emprendedor?

Los emprendedores son aquellas personas que identifican una oportunidad y organizan los recursos necesarios para tomarla. Esto está marcado incluso desde su etimología ya que viene del latín “prendĕre”  que significa literalmente tomar, y así designamos también a quienes empiezan un proyecto por su propia iniciativa.

Sin duda son personas que buscan ir más allá del lugar en el que están y quieren siempre alcanzar mayores logros. Ahora, regresando al tema principal, los emprendedores sociales son personas que buscan poner en práctica ideas cuyo fin es resolver problemas presentes en la sociedad.

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El emprendimiento social

Es una práctica mundial en expansión, ya que cada vez más universidades ofrecen cursos sobre emprendimiento social y los clubes de empresas constituyen las asociaciones con un mayor número de estudiantes; además las incubadoras y diferentes gobiernos en el mundo cada vez destinan más fondos a proyectos sociales.

La importancia del emprendimiento social cobra tanta relevancia debido a que sus proyectos buscan resolver los asuntos sociales más importantes y encontrar ideas que provoquen cambios a gran escala.  No se trata solamente de producir más, se trata de revolucionar la forma de producir.

La clave está en aprovechar el conocimiento y costumbres de las comunidades con el fin de agregar valor en la cadena productiva. Se ha comprobado que en espacios donde las empresas sociales tienen una gran importancia se genera bienestar social y crecimiento económico.

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Sectores en los que se aplica

Realmente el emprendimiento social se aplica prácticamente en cualquier rama o  cadena de producción siempre y cuando la obligación sea conseguir un bienestar en el espacio donde se desarrolle, ya sea creando empleos o llevando más allá el producto previamente desarrollado.