El cooperativismo desde hace más de 150 años da respuestas innovadoras a los problemas a los que se enfrentan las sociedades y estos tiempos convulsos no son la excepción.

Lo que va del siglo XXI se ha caracterizado por haber exponenciado y diversificado los recursos a los que se tiene acceso desde la red. En los últimos 10 años el uso de las tecnologías en específico de las aplicaciones y los dispositivos móviles se ha convertido en la herramienta por excelencia para facilitar la distribución y promoción de productos, contenidos y servicios.  En resumen, el mundo de hoy es impensable sin las plataformas digitales.

Inicialmente esta tendencia se dio para la industria del entretenimiento y las actividades lúdicas, sin embargo, con el tiempo algunas mentes notaron que los recursos estaban ahí, listos para usarlos en diversas cuestiones y dar una salida diferente a los procesos de producción.

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Cuando hablamos de cooperativismo de plataforma, justamente nos referimos a las estrategias o proyectos que han generado los actores del sector social de la economía, pensadas desde su concepción de manera digital, mayoritariamente a través de apps pero también de todas aquellas que se valen del internet y del entorno digital para operar.

En el cooperativismo de plataforma, el modelo es idéntico a las plataformas que ya conoces para pedir transporte o alimentos desde tu teléfono, pero que en su base se considera el trabajo y bienestar de todas las personas que intervienen en el proceso ya que se basa en los principios cooperativos entre ellos el de copropiedad y gobernanza democrática.

Para que te des una idea, imagina que colaboras en una de esas plataformas o apps, pero en vez de ser solo el programador o el repartidor también eres socio de la empresa, y que derivado de ello los beneficios sean tuyos y del resto de tus compañeros, de todos.  Esa es la lógica del cooperativismo de plataforma, porque son las personas las que están en el centro del proyecto y no la acumulación del dinero.

Siguiendo con el ejemplo, como parte de una organización cooperativa y siendo socios de la empresa, podrían decidir entre todos pagar prestaciones para gozar de seguros de gastos médicos en caso de un accidente o fondos para retiro. Esto supone una gran diferencia con los empleados de las plataformas tradicionales, que ni siquiera se consideran empleados y por lo tanto no tienen ningún derecho.

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Este movimiento es relativamente reciente ya desde el año 2005 los taxistas de la ciudad de Boloña en Italia se unieron de manera cooperativa y crearon Taxi Click como respuesta a las plataformas de transporte que se generaban rápidamente y acaparaban el mercado turístico. Actualmente cuentan con 5000 taxistas organizados que ya representan una competencia real ante las otras apps.

En Nueva York, el corazón de Estados Unidos, existe una plataforma para el cuidado de los niños llamada Beyond Care Cooperative que está conformada por cerca de 45 personas dedicadas al cuidado profesional de los menores que se contactan a través de su plataforma en línea. La intención de esta iniciativa es poder generar una app móvil que les permita facilitar la contratación de los servicios y diversificar su forma de llegar a potenciales consumidores de los servicios.

Otro ejemplo es Fairmondo en Alemania que se plantea como una alternativa para la compra en línea ante las grandes cadenas que todos conocemos, con el beneficio de tener precios más accesibles. Cualquier persona o empresa puede vender o comprar dentro de la plataforma ya que la suscripción es gratuita, sin embargo, para ser socio se requiere tener un sitio web, de esa manera al afiliarse la plataforma brinda  publicidad para colocar en el sitio del socio, así se da exposición a Fairmondo y con ello los socios generan ganancias de las ventas.

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Si bien, existe una fuerte tendencia a generar este tipo de iniciativas en el ramo de los bienes, se está expandiendo rápidamente a la parte servicios y finanzas, lo que habla bien del modelo y de la variedad de oportunidades que brinda.

Una de las grandes ventajas del cooperativismo de plataforma es que se trabaja  en igualdad de condiciones tecnológicas.  Tal vez una empresa grande tiene más dinero para invertir en tecnología o personal pero en el terreno de lo digital las funcionalidades de la plataforma se equiparan e incluso pueden superarse a partir del ejercicio colaborativo de los socios.

Aquí te enumeramos algunos pros, contras y consejos del modelo.

Ventajas

• Se mejoran los precios al hacer el comercio de manera directa, eliminando a los intermediarios.

• Facilidad de interacción con los usuarios que pueden hacer uso de la plataforma desde donde se encuentren.

• Ahorro de costos, ya que el desarrollo de una plataforma digital permite economizar en algunos insumos y gastos fijos.

•  Los tiempos se reducen al tener interacción directa desde la plataforma o app entre la empresa y el usuario.

• Atracción hacia un público más joven ya que están más familiarizados con el funcionamiento de las apps

• Se dan condiciones de trabajo más justas para todos los que colaboran en la plataforma

• Con mejores condiciones se fomenta el sentido de pertenencia y la unidad.

• El índice de fracaso es menor (y si se llega a dar) las pérdidas económicas son menores.

• No se requieren espacios físicos de trabajo comunes, se pueden cumplir las responsabilidades laborales de manera digital.

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Desventajas

• Debido a sus características, es más común en zonas urbanas

• No todos los negocios tienen la intención, los mecanismos o la información para generar una plataforma.

• No está exento de riesgos, por ejemplo una mala administración que le haga perder la visión comunitaria.

 

Consejos.

• Copia lo que se hace bien en otras plataformas.

• Mejora lo que se hace mal.

• Pregunta a los usuarios, ellos te dirán qué necesitan.

• Entre menos pasos haya que dar es mejor para el cliente.

• Resolver dudas e inconformidades de manera eficiente es vital, eso define si la experiencia fue buena o mala.

Finalmente hay que mencionar que la generación de plataformas y opciones en línea seguirá a la alza, más aún en estos tiempos en los que la necesidad nos obliga a permanecer en casa y valernos de las herramientas que tenemos a la mano. Es por ello que desde la Economía Social se debe promover la existencia de  estas iniciativas, que son el futuro de las cadenas de valor.