DOI: 10.24850/b-imta-perspectivas-2021-46    Descarga PDF

durante la inauguración de la Conferencia Binacional sobre la Intersección del Cambio Climático y Agua, Agricultura y Economía, organizada por la Embajada de México en el Reino Unido y el IMTA.

Remontándonos a la década de los ochenta, los modelos climáticos indicaban ya que los cambios en los patrones y en las cantidades de precipitación serían una consecuencia importante del cambio climático. La creciente demanda de agua, incluso sin la carga adicional del cambio climático, está ejerciendo una enorme presión sobre los recursos hídricos en todo el mundo. Actualmente, la evidencia de que estamos alterando el clima es innegable, y los impactos del cambio climático global en el agua son enormes. El agua es el impulsor clave de estos impactos. Podemos ver cómo la rápida pérdida de glaciares está influyendo en la temporalidad y el volumen de los ríos. Además, las temperaturas más elevadas hacen que incremente la demanda de agua e intensifican las olas de calor y los incendios forestales. Por lo tanto, ahora se reconoce que la crisis climática es, de hecho, una crisis del agua.

Como humanidad, hemos forzado una evolución de la Tierra desde un clima variable pero estable, a un conjunto de condiciones en constante evolución, cambio y empeoramiento. No todos los impactos climáticos son iguales o distribuidos por igual, los impactos adversos resultantes no se sienten de manera equitativa entre personas o naciones. Desde climas extremos hasta el aumento del nivel del mar, los efectos del cambio climático tienen a menudo efectos desproporcionados en las comunidades marginadas o desatendidas. Por ello, es momento de un cambio fundamental en la forma en que pensamos sobre el agua.

En el siglo XX, el enfoque de la gestión del agua estaba en mejorar el suministro mediante la construcción de grandes presas para captar agua en las temporadas húmedas para su uso en las temporadas secas, así como de largos acueductos para transportar el agua de las áreas de abundancia a las áreas de escasez. Ese enfoque produjo beneficios en algunas partes del mundo, pero también generó costos inadvertidos, tanto sociales como ambientales.

Hoy, la pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto que la salud humana no solo está vinculada a la del medio ambiente sino también a la economía mundial. De hecho, en algunos países es más probable que se sientan los impactos del cambio climático global a través de sus vínculos económicos, políticos y culturales con otras naciones. Los impactos indirectos a través del comercio internacional o la migración de personas, por ejemplo, son también muy importantes.

Si la crisis del agua es el impulsor clave de la crisis climática, se requiere que las instituciones científicas, empresas y universidades de todo el mundo trabajen juntas para combatirla. El diálogo permite identificar las conexiones adecuadas para avanzar rápidamente.

Necesitamos aprovechar el poder de la ciencia, la ingeniería y el conocimiento para construir una sociedad sustentable y una economía inclusiva que funcione para todos. La colaboración y la innovación son los ingredientes necesarios para el futuro. Somos mejores juntos. Esa es la manera de transformar una ecuación de escasez de agua a una que brinde esperanza a todos. En México estamos convencidos de que el agua puede ser el motor de un desarrollo económico equitativo, pero para ello necesitamos evolucionar y priorizar la protección de los más vulnerables. Si el proceso de esta transformación urgente no es justo, el resultado nunca lo será. La propia evolución debe ser justa y equitativa.

Esto significa usar menos para producir más, tratar y reutilizar más las aguas residuales, cumplir con el derecho humano al agua para todos y desarrollar soluciones basadas en la naturaleza. Nuestro proceso de toma de decisiones debe ajustarse para reflejar un conjunto diverso de realidades y climas en todo el mundo y al interior de los países.

El cambio climático es uno de los temas ambientales más polémicos de nuestro tiempo. La era de la sobreexplotación de acuíferos y cuencas hidrográficas y de la destrucción de los ecosistemas ha quedado atrás. Necesitamos la mejor ciencia para encontrar las mejores soluciones. Catalicemos la transformación de las instituciones, tecnologías y políticas hídricas para construir juntos un hogar resiliente para nuestros hijos.

El mundo entero está conectado, por lo que debemos pensar colectivamente, pero a través de una lente de justicia, solidaridad y respeto. Como decía el gran presidente mexicano Benito Juárez: “Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz". Ahora más que nunca es necesario incluir en el discurso los derechos de un desarrollo económico equitativo y el bienestar para todos. Hacemos esto porque es lo correcto.

Colaboración de Adrián Pedrozo Acuña
Perspectivas IMTA Núm. 46, 2021

Enlaces para ver la conferencia:

Bi-national Conference on the intersection of Climate Change and Water, Agriculture and Economics

https://youtu.be/bRgv1BDvlcU

Expert roundtable 2: Climate change and weather extremes

https://www.youtube.com/watch?v=GUwqsTo2SKg

Postgraduate presentations on free topics on climate change and water resources

https://www.youtube.com/watch?v=JHQ38Tfh4pA&t=127s

Water economics,climate change, and climate finance

https://www.youtube.com/watch?v=crJPwz8DqyY

The nexus waterenergy-food

https://www.youtube.com/watch?v=myhIP_-v0I0

Read note: The climate crisis is a water crisis: Its attention requires social justice.