El día de hoy, 25 de noviembre se celebra el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con la finalidad de visibilizar la violencia que sufren mujeres y niñas a nivel mundial y aumentar la conciencia en la sociedad para eliminar todas las formas de violencia de género. Se pretende, asimismo, fomentar la ejecución de políticas públicas para la erradicación de la violencia hacia las mujeres, así como brindar apoyo y generar conciencia sobre la estigmatización y la re victimización que sufren las víctimas de la violencia de género.

De acuerdo con un reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen y de ONU Mujeres, en promedio, más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por su pareja o algún miembro de su familia en 2021. Cifra equivalente al 56% de las mujeres asesinadas durante el año pasado, lo que demuestra que el hogar no es un lugar seguro para muchas de ellas.¹

Tampoco lo son los espacios públicos: una de cada cinco mujeres mexicanas ha vivido al menos algún tipo de acoso o violencia sexual en lugares públicos de zonas urbanas, según datos de 2019² y, de acuerdo con el Atlas de feminicidios de la Ciudad de México, en 2021 se registraron 72 feminicidios en la capital mexicana y se contaban 57 delitos tipificados como feminicidio hasta el 31 de octubre de 2022.³

Aunque estos números son alarmantes, la verdadera escala del feminicidio puede ser mucho mayor. Dadas las incoherencias en las definiciones y criterios entre los países, muchas víctimas de feminicidio no se contabilizan. No se cuenta con suficiente información sobre alrededor de cuatro de cada diez mujeres y niñas asesinadas intencionalmente en 2021 para tipificar los casos como feminicidios, en especial, sobre los homicidios que ocurren en la esfera pública.  

La “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer” emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993, define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.

En términos generales, la violencia puede manifestarse de forma física, sexual y/o psicológica e incluye:

  • violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, feminicidio);
  • violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético);
  • trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual);
  • mutilación genital, y
  • matrimonio infantil.

Aunadas a estas formas de violencia, las desventajas tempranas en materia de educación no solo constituyen el obstáculo principal para alcanzar la escolarización universal y hacer cumplir el derecho a la educación de las niñas, también restringe el acceso de las mujeres a la educación superior y limita sus oportunidades de empleo.

Además, en el contexto de la emergencia climática que vivimos actualmente, las mujeres son más vulnerables a los impactos del cambio climático que los hombres ya que constituyen el 70% de los 1,300 millones de personas que viven en condiciones de pobreza en todo el mundo. Por ello, las mujeres experimentan los mayores impactos de las amenazas medioambientales, a tal grado que el 80% de las personas desplazadas por desastres y cambios relacionados con el clima en todo el mundo son mujeres y niñas.⁴

El cambio climático es un “amplificador de amenazas” que aumenta las tensiones sociales, políticas y económicas en entornos frágiles y afectados por conflictos. Al escalar los conflictos, las mujeres y las niñas enfrentan una mayor vulnerabilidad a todas las formas de violencia de género, incluyendo la violencia sexual, la trata de personas, el matrimonio infantil y otras formas de violencia.

¡Únete! Activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas

Este año el Día Internacional para Eliminar la Violencia contra la Mujer marca el comienzo de la campaña “¡Únete! Activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas”, liderada por la Organización de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es exhortar e invitar a todos los miembros de la sociedad a convertirse en activistas, solidarizarse con los derechos de las mujeres y apoyar los movimientos feministas para evitar el retroceso de los derechos de las mujeres y lograr un mundo libre de violencia de género.

El primer paso para terminar con todas las formas de violencia contra las mujeres es sacarla a la luz, visibilizarla y convertirla en el centro de atención para tomar conciencia y eliminarla. Precisamente, se trata de dar luz a los actos de la violencia contra la mujer, que en la mayoría de los casos se producen en la oscuridad porque se niegan y se ocultan, debido a la vergüenza y estigmatización de las víctimas.

Para lograrlo es esencial explorar las oportunidades para que las mujeres y las niñas tengan voz y participen en condiciones de igualdad en la toma de decisiones relacionadas con su seguridad y su porvenir en un contexto social libre de violencia. Por la eliminación de la violencia contra la mujer, ¡rompamos el silencio!