La producción de alimentos asociada a un uso óptimo de recursos estratégicos, como el agua y la energía, es un tema que desde hace tiempo representa un reto global, en el que precisamente esta forma de accionar del Instituto se pone a prueba.

Una de las líneas prioritarias del Gobierno federal busca impulsar la economía local a partir del desarrollo e implementación de proyectos productivos agroecológicos, tomando como referencia la sostenibilidad y la aplicación de tecnología favorable al medio ambiente. La implementación de unidades productivas representa una solución de primera mano para garantizar la seguridad base de alimentos. Si bien es cierto que este tipo de tecnología ha demostrado su factibilidad a corto plazo, el estudio para determinar la rentabilidad a mediano y a largo plazo son factores clave para garantizar la sustentabilidad energética y económica. En México, una parte importante de la agricultura es atomizada, con un enfoque de subsistencia y que depende de las lluvias estacionales, por lo que el desarrollo de estrategias específicas para garantizar la producción de alimentos en épocas de estiajes resulta en un tema prioritario.

Ante este escenario, el IMTA recientemente inició la operación de un área demostrativa a escala menor que integra sistemas de desalinización y cultivo hidropónico de fresas. Sin embargo, para aumentar el alcance y evaluar el impacto, se puso en marcha una nueva implementación con enfoque de proyectos productivos rentables agro-silvo-pastoriles. Se busca evaluar estrategias como desarrollo de tecnología propia basada en cultivos de razas nativas de maíz y frijol, desarrollo de tecnología térmica para secado solar para dar valor agregado, sistemas de riego eficiente de baja carga, bombeo solar, manejo de forraje y cultivo tipo biopónico e hidropónico.

La propuesta consistió en implementar cuatro camas de cultivo bajo riego por goteo. Para ello se extrajo tierra del terreno a una profundidad de 40 cm para ser sustituida por tierra de banco y tierra de hoja, así como implementar pasillos de grava por donde se pueda pasar para sembrar y cosechar el producto.

Para la instalación del sistema de riego se usaron dos bombas de corriente directa (cd) de 24 Vcd alimentadas por un módulo fotovoltaico de 270 W conectadas a una cisterna de 10 m3. Las bombas tienen una potencia de 22 W cada una, el caudal es de 800 l/h y la columna de agua de 5 m. Para acondicionar el voltaje a 24 Vcd se utilizaron reguladores de voltaje. El agua de la cisterna se bombea hacia dos tinacos de 600 l cada uno, dando una capacidad de almacenamiento de 1 200 l.

Para el sistema de riego por goteo se instalaron cuatro líneas de riego por cada una de las cuatro camas de tierra, y cada línea cuenta con una válvula.

Los resultados se muestran en la tabla siguiente:

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Estas estrategias están orientadas para su desarrollo en ecosistemas frágiles; comunidades marginales; áreas naturales protegidas; regiones de media a muy alta vulnerabilidad; patrimonios arqueológicos; y áreas de alta o escasa precipitación, incluidas las áreas de inundación y áreas de sequía intermitente, donde las condiciones de problemática actual pueden exacerbarse por el aumento de los flujos turísticos que demandan agua, alimentos y energía, así como por los efectos del calentamiento global.

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