Nuevas formas de transporte individual han surgido de la mano de los avances tecnológicos, como las versiones eléctricas de las bicicletas y los monopatines (también conocidos como patines del diablo o scooters). Recientemente, los desplazamientos a través de monopatines han ganado popularidad en algunas ciudades del mundo, impulsados sobre todo por su modalidad de uso compartido a través de compañías de arrendamiento.

Además de su conveniencia para traslados cortos, estas nuevas formas de movilidad también pueden ayudar a resolver los problemas de conectividad con el transporte público. Esta situación es ideal para reducir la siniestralidad vial en general, pues desde el enfoque de seguridad vial, el modo de transporte más seguro es el transporte público. 

Sin embargo, no todo ha sido positivo ante la entrada de este tipo de alternativas, pues por años, las ciudades han sido planeadas para la movilidad de vehículos de motor, careciendo de una infraestructura que permita desplazar de manera segura a los microvehículos, sin entrar en conflicto con otro tipo de usuarios de la vía, como los peatones.  

Para conocer más sobre el tema, te invitamos a consultar este artículo basado en un estudio recientemente publicado por el Foro de Transporte Internacional ITF (2020).