Las carreteras interurbanas están asociadas con el mayor riesgo de muertes y lesiones graves. Esto se debe a una combinación de alta variación en las velocidades y la presencia de zonas laterales no indulgentes. Hay dos tácticas principales a considerar para abordar este aspecto. La primera, denominada resistencia a los errores, identifica formas de evitar que los usuarios cometan errores que causan lesiones graves y la muerte, mediante  cambios en la infraestructura, p. ej. mejora de las superficies, reingeniería del alineamiento, etc. Un segundo enfoque consiste en mejorar la tolerancia de error de las carreteras, mediante cambios en las zonas laterales, como la eliminación de obstáculos fijos. Un enfoque complementario es fomentar la penetración de vehículos más seguros, con bolsas de aire de impacto lateral, frenos antibloqueo y control de estabilidad como estándares mínimos. Cápsula informativa de la Coordinación de Seguridad y Operación del Transporte.