El martes 19 de enero de 1943, en la sección primera del Diario Oficial se publicó un decreto por el que se aceptaban los derechos y obligaciones asumidos por México en la Conferencia Internacional Telegráfica y Telefónica celebrada en El Cairo. Otro decreto que concedía prerrogativas a los barcos, hidroaviones de guerra y navíos de patente de corso que desearan arribar y fondear en aguas y puertos mexicanos siempre y cuando pertenecieran a países que contribuyeran a la Defensa de América. Y en su sección segunda: la publicación de la Ley del Seguro Social.
 
Para conmemorar los primeros 80 años de vida del IMSS, el pasado jueves 19 de enero, el Presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó una ceremonia en la que recordamos que la fundación del Seguro Social fue patriótica y no estuvo exenta de obstáculos, incomprensiones y resistencias.
 
Decidido a ser realidad la seguridad social en su Plan Sexenal, el General Lázaro Cárdenas vislumbró una institución como el Seguro Social: un seguro social único y obligatorio. El 31 de marzo de 1938 encargó al Licenciado Ignacio García Téllez su establecimiento, pero el surgimiento del bloque conservador como reacción a la política cardenista, al ejido, a la expropiación de los ferrocarriles y el petróleo, contribuyó a que la iniciativa se congelara en la Cámara de Diputados hasta 1943.
 
Si el nacimiento del IMSS no fue fácil, su puesta en operación tampoco fue inmediata. Las resistencias persistieron. En la segunda quincena de marzo de 1943, el primer Director del IMSS, Vicente Santos Guajardo anunciaba que el IMSS iniciaría su funcionamiento hasta el 1 de enero de 1944 en el Distrito Federal.
 
En el ensayo biográfico: Ignacio García Téllez Ideólogo desconocido del cardenismo, el Dr. Luis Medina Peña narra un momento fundamental de esta historia. García Téllez había renunciado a la Secretaría del Trabajo en mayo de 1943. En diciembre de ese año es citado por el presidente Ávila Camacho quien lo recibe con una pregunta:
 
—¿Qué se ha hecho, Nacho?
 
—Luchando en mi despacho, señor Presidente.
 
—¿Qué dice su ilusión por el Seguro Social?
 
—Señor, Presidente, ya renunció el Licenciado Santos Guajardo, desilusionado.
 
—Bueno ahí tiene usted la oportunidad de realizar sus sueños del Seguro Social.
 
—Señor Presidente, con las cosas como van lo creo difícil.
 
—Licenciado, yo soy el Presidente y le doy mi palabra que lo apoyaré. Se me ha atacado de conservador, pero al organizar y poner en marcha el Seguro, dejaré una obra trascendente en materia social, que salvará a mi gobierno ante la posteridad. Así que señor licenciado, usted me responde.
 
—Entonces, Señor Presidente: ¡Vamos a fundar el Seguro Social en México!
 
Pocas semanas después, de gira por Veracruz, Ávila Camacho declara tajantemente: La aplicación del Seguro Social no se detendrá por ninguna circunstancia. Se implementa en la capital y lentamente pero de manera firme, se irá extendiendo a todo el país.
 
El resto es la historia de los 80 años del Instituto Mexicano del Seguro Social. Y ahí ha estado, con toda su gloria y toda su voluntad. Llenando de esperanza y orgullo al pueblo de México, pero también superando momentos difíciles: sismos, huracanes, crisis económicas, desinversión, intentos de privatización, el vendaval neoliberal y la pandemia. Y siempre el Seguro ha estado de pie y salido adelante.
 
A 80 años el Instituto Mexicano del Seguro Social acude a su llamado histórico de contribuir a los propósitos de la Cuarta Transformación: La universalidad del acceso a la atención médica, oportuna y de calidad por el simple hecho de nacer mexicano o mexicana.
 
Cumplimos años para cumplir sueños, porque como bien ha dicho el Presidente López Obrador: el Seguro Social es ayudar a quien más lo necesita. Por todo eso y más: ¡Larga vida al Seguro Social! Que viva no 80 sino 800 años más.