La discriminación por edad, conocida también como edadismo, que, particularmente hacia nuestras personas mayores se le conoce como “viejismo”, es un fenómeno que lamentablemente ha estado presente durante mucho tiempo. Se incorpora desde temprana edad a nuestro sistema de creencias y vivencias, se refuerza durante el transcurso de nuestra vida y conlleva a profundas repercusiones, tanto en los individuos como en la sociedad en general.
El edadismo se manifiesta en muchas formas, desde estereotipos y prejuicios negativos, hasta la exclusión social y la discriminación en el ámbito laboral, social y hasta familiar. Las personas mayores, en muchas ocasiones, son vistas como una “carga”, como individuos menos capaces, menos valiosos, o simplemente como alguien que ya ha “pasado su mejor momento”. Estos prejuicios no solo son erróneos, sino que son dañinos y contribuyen a la perpetuación de desigualdades.
Las consecuencias del edadismo son múltiples y graves. En el plano individual, el edadismo puede llevar a la exclusión social, a la pérdida de oportunidades laborales y al aislamiento. Las personas mayores que experimentan discriminación por edad tienen mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental, como depresión y ansiedad. Además, existe evidencia de que el edadismo puede llevar a una disminución en la esperanza de vida.
Para combatir el edadismo, necesitamos un cambio cultural. Es fundamental promover una visión más inclusiva de la vejez, que reconozca y valore la diversidad de la experiencia de las personas mayores. Esto no es solo una cuestión de justicia, sino también de aprovechar al máximo el potencial humano.
Derivado de la transición demográfica que vivimos, en el IMSS se desarrolla la estrategia para “Prevenir la discriminación y maltrato en la persona mayor”, que consiste en una campaña dirigida tanto al personal de salud como a los derechohabientes y su familia para sensibilizar sobre sus derechos y comprender mejor el envejecimiento. El objetivo es mejorar la calidad de atención y el trato digno hacia las personas mayores, promoviendo el respeto, la empatía y el reconocimiento de su valiosa contribución social.
Esta campaña pretende fomentar un ambiente inclusivo donde las personas mayores se sientan valoradas y comprendidas. Se planean actividades educativas, capacitaciones al personal de salud y la difusión de material informativo para concientizar a los derechohabientes y sus familias sobre la importancia de apoyar un envejecimiento activo y saludable.
No podemos permitir que el valor de una persona se mida únicamente por su edad. Debemos trabajar juntos para construir una sociedad donde todas las personas sean tratadas con dignidad y respeto.