La Agenda 2030, reconoce que las mujeres y las niñas son sujetos de discriminación y violencia en todos los lugares del mundo. La igualdad entre los géneros no es solo un derecho humano fundamental, sino la base para conseguir un mundo próspero y sostenible. Este ODS es de vital importancia para las mujeres jóvenes y niñas, ya que requieren al igual que toda persona la facilidad del acceso a la educación; al trabajo, atención médica y a las decisiones políticas y económicas.

El Objetivo 5 pretende poner fin a toda forma de discriminación o violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluyendo prácticas como la trata y la explotación sexual. De igual forma busca erradicar todas las prácticas nocivas tales como: el matrimonio infantil, precoz y forzado, y la mutilación genital femenina.

Se busca asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo, al igual que reconocer y valorar el trabajo doméstico y de cuidado no remunerados, a través de servicios públicos y políticas de protección social, que promuevan el empoderamiento de las mujeres y su participación efectiva en todos los ámbitos de desarrollo.

La igualdad de género se busca como un ideal social, sobre todo en México, ya que existe una lucha constante para erradicar factores de discriminación, exclusión y sobre todo violencia. En la actualidad se han desarrollado indicadores que nos permiten dar una visión general del panorama relacionado con el alcance del objetivo:

De acuerdo con datos del INEGI durante el cuarto trimestre del 2017:

De los 46.5 millones de mujeres de 15 a 60 años, el 66.1% (30.7 millones), ha sido víctima de violencia de cualquier tipo.

  • Al igual que el 43.9% ha enfrentado agresiones del esposo o pareja actual o la última a lo largo de su relación, y 53.1% sufrió violencia por parte de algún agresor distinto a la pareja.
  • Del total de defunciones por homicidio de mujeres ocurridas en 2016, el 42.4% de ellas corresponde a mujeres menores de 30 años, mientras que entre los hombres es de 37.2% de las mismas edades.
  • Para el primer trimestre de 2018 sobre inserción al mercado laboral juvenil del rango de edad de los 15 a los 29 años ,el 63.5% son hombres y el 57% son mujeres.
  • El total de Población Económicamente Activa (PEA) de 15 a 29 años es de 15,988,496 el 60.5% son hombres y el 39.5% mujeres, de acuerdo con datos INEGI 2018.
  • En el panorama de educación acorde a datos del primer trimestre de 2018 INEGI, el 48.4% son hombres estudiantes y 51.6% mujeres.

En lo que respecta a las principales intervenciones públicas de juventud relacionadas con el alcance de la igualdad de género, al ejercicio 2018 se identifican las siguientes acciones:

  • Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras, con las cuales se busca contribuir a dotar de esquemas de seguridad social que protejan el bienestar socioeconómico de la población en situación de carencia o pobreza mediante el mejoramiento de las condiciones de acceso y permanencia en el mercado laboral de las madres, padres solos y tutores que buscan empleo, trabajan o estudian y acceden a los servicios de cuidado y atención infantil.
  • Fortalecimiento de la Igualdad y Equidad de Género (IG), este programa busca promover desde una perspectiva de género y de derechos humanos, el desarrollo económico, social, cultural, ambiental y político, especialmente de las mujeres, considerando su diversidad y circunstancias, a fin de disminuir las brechas de desigualdad de género, la discriminación y la violencia contra las mujeres, las niñas y los niños, mediante procesos de fortalecimiento de sus habilidades y capacidades, que refuercen su autonomía y empoderamiento, la cohesión y el capital social.
  • Desarrollo de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo (ENAPEA), a través de la cual se busca reducir el número de embarazos en adolescentes en México, con absoluto respeto a los derechos humanos.

En lo que toca a los desafíos relacionados con el alcance de la igualdad sustantiva de género, si bien podemos observar acciones orientadas a lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres, aún persisten importantes barreras que impiden la autonomía de las mujeres jóvenes y que obstaculizan el ejercicio de sus derechos humanos, como son las relacionadas con la violencia basada en el género y la persistencia de estereotipos basados en el género, en los que se sigue asociando a las mujeres como responsables de las labores de cuidado.