Las juventudes de hoy tienen la capacidad necesaria para fortalecer el tejido social y crear un futuro sostenible. Salvaguardar sus derechos, proveerles educación de calidad, empleos decentes, herramientas efectivas para gozar de una vida sana, acceso a la salud sexual y reproductiva, e invertir en su futuro es esencial para lograr su desarrollo y el de sus familias y comunidades.
Conscientes de ello es por lo que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en México y el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) publicaron el estudio “Gasto público social en adolescencia y juventud, 2010-2016”, insumo que servirá para orientar el diseño, seguimiento y la coordinación de las políticas públicas dirigidas a las personas jóvenes de entre 12 a 29 años.
De acuerdo con el estudio, en 2016 la inversión federal en la población adolescente y joven fue superior a 578.005 millones de pesos, monto que representó el 2,96% del PIB, y el 13,79% del gasto programable total en el año bajo análisis. La inversión total en estos sectores acumulada en el período 2010-2016 ascendió a 3.520 millones de pesos (a precios constantes de 2016).
Cabe destacar que la gran mayoría del gasto correspondió a dos clases: el gasto ampliado, cuyo monto fue superior a 254.583 millones de pesos, y el gasto específico, cuyo monto fue de 254.124 millones de pesos. Es decir, en el año 2016 el 44% de la inversión se realizó por medio del gasto ampliado; el 44%, por gasto específico; 8%, por gasto en bienes públicos y 4% por gasto indirecto.
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