De acuerdo al Programa Nacional de Juventud (Projuventud) 2014-2018, la transición hacia la adultez implica desarrollar una vida independiente en términos económicos y sociales, lo que habitualmente se asocia con la conformación de un hogar propio ya sea porque se busca una vida independiente en lo individual, conyugal o bajo otro tipo de arreglo residencial.
Por tanto, para el Gobierno de la República resulta fundamental el poder crear e impulsar los mecanismos que permitan a las y los jóvenes conformar su historial crediticio para la compra, renta o mejora de una vivienda digna, que no los orille a vivir lejos de sus familias o a realizar largos recorridos en transporte para llegar a sus trabajos, escuelas o a los centros de salud.
Lo anterior, porque mudarse solo por primera vez y dejar la casa de los padres no sólo implica un cambio físico, sino también uno emocional y económico, ya que no alcanza con creerse autosuficiente, sino que hay que contar con solvencia, una buena administración y una excelente habilidad para hacer frente a los problemas que se pueden presentar día con día.
Por ello, el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) puso en marcha el “Programa Nacional Vivienda Joven”, con el que se busca ayudar a resolver la problemática que enfrentan las y los jóvenes de 18 a 29 años que son jefes de familia, que tienen dependientes económicos y que por sus condiciones laborales, no pueden acceso a un crédito para adquirir un bien inmueble.
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