El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en México y el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) han publicado el estudio “Gasto público social en adolescencia y juventud, 2010-2016”, un documento que permite entender como y en qué se invierte en el desarrollo de las personas de entre 12 a 29 años para reorientar las políticas y hacerlas mucho más efectivas.

Una de las limitaciones de este estudio consistió en que, hoy, resulta una labor compleja conocer con exactitud el monto total correspondiente a los recursos que cada programa asigna al grupo de población de 12 a 29 años, motivo por el cual, para estimar el gasto público social en adolescencia y juventud, se utilizaron ponderadores del gasto calcula- dos con base en datos del CONAPO.

Asimismo, el estudio muestra que uno de los grandes retos es que la mayoría de los programas presupuestarios no fueron diseñados para dirigirse exclusivamente a la población adolescente y joven, sino que, por el contrario, fueron pensados para atender a diversos sectores poblaciones de diferentes grupos de edad y, en algunos casos, a la población total del país.

La mayoría de los programas no cuentan con datos que permitan conocer qué porcentaje de su gasto se dirige directamente a la niñez, la población adolescente y joven, o la población adulta. Además, resulta problemático identificar el monto exacto asignado a los distintos subgrupos de edad (población de 12 a 14 años, de 15 a 17 años, de 18 a 24 años, y de 25 a 29 años).

Finalmente, es importante mencionar que el análisis del gasto público social en adolescencia y juventud de México se complejiza aún más como resultado del gran número de programas presupuestarios que existen en el país. De acuerdo con la estructura programática de 2017, tan solo en el año 2016 existían 772 programas presupuestarios que incluían a las y los jóvenes.

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