Una casa de finales del siglo XVII fue recuperada por el Gobierno del Estado de Puebla para dedicarla a la exhibición y venta de productos artesanales de la entidad. Como homenaje al antropólogo poblano Daniel Rubín de la Borbolla, el sitio lleva su nombre.

La develación de la placa con el nombre del antropólogo poblano se llevó a cabo el jueves 25 de julio. Estuvieron presentes la Dra. Emma Yanes Rizo, Directora General de Fonart, Alejandro Cañedo, Secretario de Cultura y Turismo; Montserrat Galí, Subsecretaria de Cultura y Adriana Rodríguez, Directora de Artesanías de Puebla. También participaron los artesanos Andrés Constancio de Pahuatlán, Pedro Martín de Cuetzalan del Progreso, Justino Miguel Cruz de Zautla, Miguel Castro de Puebla y Elfego Vazquez de Izucar de Matamoros.

Ubicada en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla, en la antigua Plaza del Torno, hoy Barrio del Artista, la edificación perteneció a una de las antiguas factorías textiles, hasta principios del siglo XX, en cuyos mediados fue otorgada al pintor José Márquez Figueroa, uno de los fundadores del Barrio del Artista.

Catalogada como en 1977 como Patrimonio Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la casa comenzó a ser demolida en el año 2012 para edificar en el sitio la estación de un teleférico.          

La oposición al derribamiento de la histórica casa, hizo que el INAH ordenara detener la demolición y exigiera la inmediata reconstrucción del inmueble, el cual quedó listo en el año 2016, con fondos de la Unesco, el gobierno municipal y estatal de Puebla.

En lo que hace los artesanos poblanos, en 1999 habían recibido por parte del gobierno estatal la casa que ocupó el Hospital Psiquiátrico para Mujeres conocido como “San Roque”, el cual era administrado por la Secretaría de Salud. Ahí se instaló la Casa del Artesano, donde se exponían y vendían artesanías, se impartían talleres y capacitación para los artistas populares. Sin embargo, poco después el edificio fue desalojado y otorgado en comodato a una empresa privada, para establecer un museo de cera. Este año, el INAH rescató la edificación y será devuelta al gobierno estatal poblano.

Así, pasaron más de doce años sin un lugar donde los artesanos pudieran exponer y vender sus productos. Es gracias al rescate de la Casa del Torno, ahora llamada Daniel Rubín de la Borbolla que los artistas populares cuentan nuevamente con un espacio para mostrar y comercializar sus creaciones.             

 

Rubín de la Borbolla, un referente

 

El antropólogo poblano Daniel Rubín de la Borbolla nació en Puebla el 4 de junio de 1907. Primer Director Técnico del Centro Interamericano de Artes Populares y Artesanías (CIDAP), de la Organización de Estados Americanos, con sede en Ecuador, es un referente obligado para conocer y entender la vida de los museos en el país, lo mismo que instituciones como la Escuela Nacional de Antropología, de la cual fue también el primer director.

Considerado “académico, de conocimientos enciclopédicos y multidisciplinarios… pero un hombre de acción”, estudió anatomía comparada en Estados Unidos con Alex Hrdlicka, Jefe del Departamento de Antropología Física del Instituto Smithsoniano. Siguió sus estudios en Cambridge, Inglaterra con el antropólogo Alfred C. Haddon.

Muy joven aún, a los 23 años de edad, regresó a México en 1930, y un año después fue nombrado Jefe del Departamento de Antropología Física del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, en sustitución de Nicolás León, cuyos trabajos continuó. Ahí conoció a Alfonso Caso, con quien trabajaría durante largos años.

También en 1931, y hasta 1979, de forma casi ininterrumpida, Rubín de la Borbolla inició su labor docente: participó en la fundación y dirigió la Escuela Nacional de Antropología, el Colegio de México, del cual fue secretario; el Museo Nacional de Artes e Industrias Populares y el Museo de Ciencias y Arte de la UNAM. Reorganizó, revitalizó o fundó cerca de 20 museos más en el resto del país.

Trabajador en el Museo Nacional de Arqueología, antecedente del actual Museo Nacional de Antropología, incorporó a los alumnos de la Escuela Nacional de Antropología al museo, ya que ambos estaban en el edificio de la Calle de Moneda número 13, lo cual le permitió la formación de excelentes profesionales que no sólo teorizaban, sino que practicaban.

Desde 1936, el antropólogo poblano fue Consejero de la Presidencia ante el Departamento Autónomo de Asuntos Indígenas y miembro del Consejo Directivo del mismo. Creó el Consejo de Lenguas Indígenas y, entre otros muchos encuentros, impulsó en 1940 el Primer Congreso Indigenista Interamericano. 

Fue el fundador, diseñador y primer director del Museo Nacional de Artes e Industrias Populares (MNAIP), desde el cual se fundaron otros museos dedicados a ramas específicas del arte popular en estados de la República, así como talleres–escuela, directamente con miembros de la comunidad desde la etapa de su organización, con los objetivos del “estudio, conservación protección, defensa y fomento, educación artesanal y asistencia, tanto técnica como económica de y para los artesanos y su obra”.

En 1975 fue invitado por las autoridades de la Organización de Estados Americanos (OEA) para el puesto de Director Técnico del Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (CIDAP), nacido de un convenio entre la OEA y el Gobierno del Ecuador, a través del cual se trataba de dar vida a uno de los programas regionales de desarrollo: el Programa de Cultura, que incluía el de Artesanías.