Barro y fuego. El arte de la alfarería en Oaxaca, es la exposición inaugurada el sábado 23 del presente mes en el Museo Amparo de la ciudad de Puebla, a la cual acudió Emma Yanes Rizo, Directora General del Fondo Nacional de Fomento a las Artesanías (FONART) en representación de Alejandra Frausto Guerrero, Secretaria de Cultura del Gobierno Federal.  

La exposición la forman 130 piezas de barro de diversas técnicas, de artesanos de Oaxaca, Puebla y de Guerrero; la inauguración consistió en una conferencia ofrecida por los artesanos  Elia Mateo Martínez, de la comunidad de San Marcos Tlapazola,  y Pedro Martínez, de la población de San Bartolo Coyotepec, ambos de la entidad oaxaqueña; y los curadores de la muestra Kythzia Barrera Suárez y Eric Minding.

La alfarera Elia Mateo Martínez reveló: “Lo que hago es hacer mi trabajo con amor, porque eso es lo que mi mamá me ha inculcado; es el bello trabajo que mi mamá me ha heredado. Y yo no tengo otra cosa que agradecer a la vida porque mis manos puedan formar una pieza, y que detrás de esa pieza existan historias; y, a parte, la felicidad que me inculca a mi trabajo”.

La artesana agregó: “Y sentir el barro, comprender todo lo que hay detrás del barro y, aparte, me siento muy orgullosa de mis raíces, de ser una mujer indígena, zapoteca. El español lo hablo muy poquito: a veces quisiera expresar más. Lo poco que yo puedo decir me basta, me siento feliz… Trabajar el barro es muy bonito, algo que nos llena de mucha emoción, de mucho amor: mi familia, mis difuntas abuelitas fueron quienes le enseñaron eso a mi madre, quien me lo ha enseñado”. 

Y más: “Estoy muy agradecida por los años que he vivido con el barro (y sigo viviendo con el barro), de tener mis manos metidas en el barro. A veces el barro ha sido mi mejor amigo, y sigue siendo mi mejor amigo, porque el barro me comprende, puede sentir, el barro sigue vivo. Una puede desahogarse con el barro. A veces tenemos preocupaciones, pero platicando, en silencio, el barro nos comprende, puede sentir todo lo que sentimos, y eso me satisface como mujer, como artesana que soy”.

Por su parte Pedro Martínez, quien a lo largo de la conferencia insistió en la importancia de preservar este trabajo que usa sólo barro, agua y fuego, también recordó que cuando un trabajo como éste se pierde es más que una tradición la que ya no se recuperará, sino una forma de vida, una forma de ver el mundo. También opinó sobre la necesidad de que el FONART y los artesanos tengan una nueva relación, donde la institución no sólo compre piezas a los artistas populares cada dos o tres años y después los descuide y olvide.

En la exposición se muestran piezas elaboradas con técnicas de hasta cuatro mil años de antigüedad, pulido, engobes y esmaltes, expuestas en dos salas del museo del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, donde podrán ser vistas hasta el próximo 24 de junio. 

La exposición reúne en tres ejes temáticos las piezas hechas con barro: Cocina, Pueblo y Planeta; en la primera de ellas están “los materiales, la función y la forma” en comales, cazuelas, jarras, cántaros, “mezcaleros” o recipientes para el mezcal, y otros.

En Pueblo los utensilios están acomodados por su estilo y su comunidad de procedencia: cada comunidad tiene un lenguaje propio y trabaja para mantener un equilibrio social, una estabilidad económica y una “maestría técnica”. Y en Planeta se muestra el equilibrio “el uso del barro, su bajo impacto ambiental y cómo los alfareros  han logrado un balance  entre el uso de los objetos, su vida útil y su eliminación”.       

Por su parte el norteamericano Minding recordó que hace más de 30 años no sabía hablar español, no podía pronunciar el nombre Oaxaca y conoció a los alfareros oaxaqueños a través de fotografías en blanco y negro que vio en un libro en la biblioteca. Pasarían más de cinco años antes de que iniciara trabajo de campo en el sureño estado mexicano para saber que  esa  gente de las fotografías “era real y aún vivía”. Minding es  autor del libro Barro y fuego. El arte de la alfarería en Oaxaca, publicado en el año 2011, para el cual reunió una colección de piezas únicas con base en la cual fue organizada la exposición del mismo nombre que hoy puede verse  en el museo poblano de la iniciativa privada; antes  fue  mostrada en Oaxaca, en  Bélgica, Finlandia, Alemania y la Ciudad de México.

/cms/uploads/image/file/486659/7.jpeg /cms/uploads/image/file/486662/15.jpeg/cms/uploads/image/file/486663/20.jpeg-/cms/uploads/image/file/486664/5.jpeg

Fotografías: Cortesía del Museo Amparo