La señora Sofía Juárez Jacinto, originaria de San Pedro el Alto, Municipio de Pochutla, Oaxaca, rescató hace más de 20 años el aserradero “El Progreso”, una propiedad de sus suegros que se estaba perdiendo a causa de una deuda.

La historia de “Doña Sofi”, como la llaman sus hijos y trabajadores, había estado marcada al inicio por el rechazo al acceso al crédito para la compra de materias primas, maquinaria y demás insumos por el simple hecho de ser mujer.

Inició su viacrucis a través de una agiotista de la localidad, quien le prestaba con altos réditos por pagar. Otra persona le facilitó una fuerte cantidad de dinero para comprar materiales, a fin de que el aserradero siguiera funcionando, pero al no poder pagarlo Doña Sofía se quedó́ sin casa, con toda su familia.

Fueron épocas muy difíciles, nos relató́ la dueña del aserradero ubicado en la mixteca oaxaqueña. Ella, junto con su hija mayor, Adelaida Vázquez, salían todos los días a la calle para comprar madera a crédito, pero la respuesta era recurrente “son mujeres, no nos van a pagar”.

Después de unos años de duro trabajo, decepciones y aciertos, se acercaron a la Financiera Nacional de Desarrollo. A partir de ese momento, y gracias a la plática con una de las ejecutivas, la señora Sofía Juárez obtuvo más que la confianza que siempre estuvo buscando, logró hacerse de un crédito, asesoría y acompañamiento durante todo el tiempo que dura su financiamiento.

Hoy Doña Sofía relata con alegría que en los 4 años que tiene trabajando con los créditos de la Financiera su negocio es estable. Cuenta con dinero para comprar madera, maquinaria y sobre todo pagarles a los 11 trabajadores que están a su mando.

Pero la historia no termina aquí, con visión empresarial “Doña Sofi” certificó el aserradero para obtener más créditos, comprar madera en bosques controlados por las dependencias protectoras de la flora y la fauna; contar con protocolos para la atención de sus trabajadores y como extra, están por solicitar un nuevo financiamiento para lanzar una línea de productos para arreglos de mesa, buscando evitar que se sigan vendiendo productos de unicel y plástico, dañinos para el medio ambiente.