Señoras y señores:

Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes.

Quiero agradecerle a Fernando Gutiérrez Ochoa la muy honrosa invitación para estar en la inauguración de este Congreso del Colegio de Ingenieros Civiles de nuestro país.

Es la primera vez que tengo el alto honor de acompañarles, y no quería dejar de hacerlo, más cuando nos encontramos en la recta final de esta Administración, de encontrarme con los ingenieros, que lo he estado en distintos eventos, en otros foros, pero no en este especial evento que ustedes organizan, que es este Congreso.

Felicitar a Sergio Alcocer, quien es el Director del mismo, y quien nos ha referido todo lo que se ha hecho para lograr esta gran participación de ingenieros de diferentes partes del país.

Felicitar de manera muy particular al ingeniero Andrés Moreno y Fernández, quien ha recibido el Premio Nacional 2017 de Ingeniería Civil, en esta larga trayectoria que tiene, tanto en el ámbito privado, como en el ámbito público.

Saludar a su familia que le acompaña y donde, sin duda, se encuentra un pilar y un apoyo muy importante a los logros y méritos que ha alcanzado a lo largo de esta larga trayectoria, y que le hace merecedor a este reconocimiento, y que me distingue ser hoy quien, en nombre del Colegio de Ingenieros Civiles, se lo esté entregando.

Y saludo a todos los asistentes a este evento, especialmente, servidores públicos, pero, sobre todo, ingenieros de distintas partes del país; a estudiantes, también, de ingeniería civil, y distintas carreras de ingeniería que participan en este Congreso.

Me da mucho gusto ver la presencia de miembros de nuestras Fuerzas Armadas que, a través de una de las instituciones que forman parte de esta entidad pública, que es Ingenieros Constructores, están aquí presentes.

A todas y a todos les saludo con afecto, con respeto y con todo mi reconocimiento.

Agradezco el reconocimiento que se me ha entregado, y quiero agradecerle, particularmente, a Fernando Gutiérrez la mención que ha hecho a los esfuerzos que ha hecho este Gobierno, precisamente, para avanzar en la modernización de nuestro país.

Sin duda, en el video que hace un momento se mostró y se proyectó aquí, creo que contagia de emoción, de orgullo, ver cómo el país, día a día, en el paso del tiempo ha venido cambiando su rostro y se ha convertido en un rostro mucho más o ha cambiado a un rostro mucho más moderno, de mayor prosperidad, de mayor desarrollo, de mayor conectividad; el tener o hacer suyas nuevas tecnologías. Y eso le da a nuestro país el que realmente tenga trazada una ruta de mayor prosperidad y desarrollo hacia los próximos años.

Como lo decía hace un momento don Andrés Moreno, tenemos el deber como generación de dejar a las futuras generaciones de hijos y de nietos, una mejor nación.

Así como la que nos legaron las anteriores generaciones, hoy está en nuestra responsabilidad hacer esta importante contribución y creo que en forma alguna lo hemos venido logrando, lo estamos materializando y, en ello, sin duda, juegan un papel bien determinante, bien importante, los ingenieros de nuestro país, los ingenieros civiles, quienes son los grandes constructores en la transformación de México.

Felicidades a las y los ingenieros de México por su contribución tan importante al desarrollo nacional.

Quiero decirles que, desde el primer día de mi mandato, tuve muy claro que para lograr lo que nos proponíamos, dependíamos al 100 por ciento de la capacidad de nuestros ingenieros, de su talento, de su creatividad, de su capacidad.

Porque, hay que reconocerlo: la transformación, que fue justamente la ruta que decidimos emprender hace poco más de cinco años, cuando señalé que no veníamos a administrar, veníamos a transformar, a sentar bases, nuevas bases y nuevos cimientos para el desarrollo nacional, esto sólo hubiese sido posible, realmente este impulso transformador, si lográbamos desarrollar una infraestructura de calidad que le diera soporte, repito a esta transformación.

Y pensemos, por ejemplo, no sólo en lo que se ha hecho en materia de ingeniería y es, justamente, lo que quiero referir, sino todo este proyecto de transformación implica cambios estructurales, cambios profundos, nuevos cimientos.

Pensemos, por ejemplo, en la Reforma Educativa. Junto con mejores maestros y mejores contenidos, contar hoy con salones de clase idóneos, con una mejor infraestructura, sin duda, lo podemos tener y agradecer la participación de los ingenieros de México.

En esta Administración, hemos dedicado una inversión que no tiene precedente, que es diferente de la que el Congreso aprueba cada año para la infraestructura educativa, sino que emitimos un bono que nos permitió alcanzar 50 mil millones de pesos adicionales para poder modernizar, remodelar y edificar 33 mil planteles en todo el país, a donde se atiende prácticamente a poco más del 40 por ciento de la matrícula educativa de educación básica de nuestro país.

En el sector de las telecomunicaciones, la disminución en más de 40 por ciento de los costos de telefonía y el crecimiento de más de 30 millones de usuarios en Internet, hubiera sido imposible sin la construcción de nuevas torres de transmisión, redes de fibra óptica y estaciones base.

Incluso la implementación del nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio no habría podido llevarse a cabo sin la construcción de 800 nuevas salas para juicios orales.

En pocas palabras, la ingeniería civil ha estado en el corazón de los logros que se propuso alcanzar el Pacto por México.

Este pacto que logramos las principales fuerzas políticas del país, no pensando en los intereses de cada partido, sino realmente fijándonos una agenda transformadora, repito, que sentara nuevas bases para el desarrollo nacional y que en la materialización de esta agenda ha tenido una participación bien importante los ingenieros civiles de México.

Hace cinco años iniciamos una nueva era en la construcción de grandes obras y modernos proyectos de ingeniería. Lo hicimos a partir de un principio básico: en el desarrollo de infraestructura, el Gobierno ya no puede ir solo. Se requiere de un gran esfuerzo nacional, en el que la iniciativa privada es central en su participación.

La participación del sector privado permite ampliar los recursos disponibles, incentiva la innovación y el uso de tecnologías de vanguardia y diversifica el riesgo que representan estas grandes inversiones.

Junto con la iniciativa privada, hemos desarrollado proyectos de ingeniería civil que trascenderán este sexenio y que beneficiarán a muchas generaciones de mexicanos.

Y doy algunos ejemplos.

A final de esta Administración, habremos construido cinco mil 500 kilómetros de nuevas autopistas y carreteras, que es equivalente a la distancia entre la Ciudad de México y Alaska. Esto lo que se habrá construido a lo largo de estos seis años, que concluyen justamente en 2018.

Habremos duplicado la capacidad de nuestros puertos, al pasar de 260 a 520 millones de toneladas. Y mover esta cantidad de carga equivale a desplazar alrededor de 50 contenedores por minuto.

El Tren Interurbano México-Toluca y el Tren Ligero de Guadalajara transportarán a 84 millones de pasajeros al año, el equivalente a dos terceras partes de nuestra población.

Se han comprometido y están por comprometerse, prácticamente 200 mil millones de dólares en inversiones solamente en el sector energético, en materia de hidrocarburos y en materia de electricidad, en materia de generación de energías limpias; 200 mil millones de dólares es lo que se ha comprometido como inversión de parte del sector privado.

Ello permitirá perforar 30 nuevos pozos marinos e incrementar en 10 por ciento la capacidad de generación eléctrica en los próximos tres años.

La ampliación de la Red de Distribución nos ha permitido llevar agua potable al 94 por ciento de la población, con lo que hemos cumplido ya la meta que nos propusimos al inicio de esta Administración y que está inscrita en el Plan Nacional de Desarrollo.

El Túnel Emisor Oriente y la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Atotonilco, la tercera más grande del mundo, son ya emblemas de la ingeniería hidráulica mexicana.

Y un último ejemplo, apoyado en la expansión que ha tenido la infraestructura aeroportuaria, el transporte aéreo de pasajeros ha crecido 60 por ciento, y hoy tenemos más rutas.

Cuando yo vi la cifra me quedé sorprendido, de realmente tener casi mil nuevas rutas nacionales e internacionales, que ha permitido que la demanda de pasajeros en la aviación comercial esté creciendo.

Y en estos cinco años ha crecido 60 por ciento.

Por eso, me dio mucho gusto saber que el diseño de la Expo Ingeniería 2018, éste que hace un momento recorrimos, replica el diseño del nuevo Aeropuerto Internacional de México, un poquito, bastante más chiquita de lo que realmente será el nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Que, una vez concluido, este aeropuerto moverá anualmente a 125 millones de pasajeros, convirtiéndose en el segundo con mayor número de viajeros en el mundo.

Y estoy convencido que este nuevo aeropuerto será una de las obras ícono de nuestro país, así como las hay en distintos países, las hay en nuestra propia Nación, el nuevo Aeropuerto de la Internacional de la Ciudad de México habrá de convertirse, en el tiempo, en uno de los grandes íconos de la ingeniería civil mexicana de nuestro país.

También vale la pena destacar los proyectos de la Red Compartida y del nuevo puerto de Veracruz, ya referido por todos, citado por todos. Pero el nuevo puerto de Veracruz, ya referido por todos, citado por todos, pero el Nuevo Puerto de Veracruz, emblemático, también, en nuestro país, crecerá en su capacidad este mismo año y, obviamente, con proyección para la instalación de nueva infraestructura, en lo que es este nuevo puerto, cuatro veces el tamaño que tiene el actual puerto de Veracruz.

Y la Red Compartida nos permitirá llegar, en conexión de alta velocidad en Internet, al 92 por ciento de la población nacional.

Hoy, es cierto, han crecido los servicios, ha crecido la conectividad, pero aún no llegamos a los lugares más recónditos, más apartados de la geografía nacional.

Y lo que lo hará posible es el proyecto que denominamos Red Compartida, que es único, que sienta un precedente mundial en la forma en que se ha diseñado y que permitirá que varios proveedores del servicio de Internet puedan participar, pero con el compromiso de asegurar que este servicio llegue a la gran mayoría de los mexicanos.

No quisiera finalizar esta intervención sin reconocer a los ingenieros civiles por su papel a raíz de los sismos de septiembre del año pasado.

A diferencia de lo que sucedió en 1985, las grandes urbes resistieron, relativamente, bien.

Los nuevos estándares de seguridad se deben, en gran parte, al trabajo de muchos años de nuestros ingenieros civiles.

Sin embargo, septiembre de 2017 nos recordó que aún hay zonas vulnerables, específicamente en las regiones más pobres del país, donde la infraestructura es más frágil.

Por eso, pido que los trabajos que lleva a cabo el Colegio de Ingenieros contribuyan a atender este enorme reto que compartimos como Nación.

Señoras y señores:

El desarrollo de infraestructura es una de las formas más tangibles de medir el progreso de una Nación.

Si hoy somos la 15ª economía del mundo y uno de los principales destinos para la inversión extranjera, es gracias a nuestra capacidad para construir más y mejores carreteras, puertos marítimos y aéreos, y una más moderna red de telecomunicaciones.

Si hoy tenemos una economía más productiva y generadora de empleos, que nos permite cerrar brechas sociales y regionales, es gracias a la construcción de más y mejores escuelas y hospitales, del desarrollo de vivienda sustentable y de una mejor conectividad urbana.

Y si hoy nuestro país tiene una mayor capacidad para enfrentar el embate de la naturaleza ha sido, en gran medida, gracias al talento de las y los ingenieros de México.

Por todo esto, nuestros ingenieros civiles tienen el más amplio reconocimiento de los mexicanos y, estoy seguro, de que seguirán siendo actores protagónicos del desarrollo y de la transformación de nuestro país.

Felicidades y enhorabuena.

Muchas gracias.

Si me permiten, voy a proceder a la declaratoria inaugural de este Congreso Nacional de Ingeniería Civil, siendo para mí, repito, un gran honor estar hoy aquí, con ustedes, más cuando me identifican lazos muy personales, mi padre fue ingeniero, y la ingeniería estuvo presente en el hogar.

Estuvo presente en conocimientos y cuando escuchaba a don Andrés Moreno en su emoción que le invadía, me hizo recordar que en los ingenieros también late un corazón, un sentimiento y este lado muy humano que como personas tenemos, pero que se hace muy presente en los ingenieros. Lo tengo al haberlo escuchado, ingeniero, y haber tenido en mi memoria a mi padre, precisamente, también con esas emociones.

Me resulta hoy muy grato, 5 de marzo de 2018, declarar formalmente inaugurado este Vigésimo Noveno Congreso Nacional de Ingeniería Civil, con la certeza de que el intercambio de experiencias contribuirá a fortalecer la planeación, la ética y la innovación en la práctica de esta profesión en beneficio de México.

Felicidades.

Muchas gracias.