Señor Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Señor Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau.

Muy distinguidos integrantes de las delegaciones que hoy nos acompañan.

A ambos quiero agradecerles los comentarios amables, generosos, que han formulado hace un momento, justamente, en el último día de mi mandato.

Señoras y señores.

Señores representantes de los medios de comunicación:

En el último día de mi Gobierno, como Presidente, me siento profundamente honrado de participar, junto a los líderes de dos grandes países amigos y socios, en la Firma del nuevo Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.

El tratado que hoy suscribimos es la expresión de la voluntad compartida por nuestras tres naciones de trabajar unidas por el bienestar y la prosperidad de cada una de nuestras sociedades.

Este día marca la culminación de un largo proceso de diálogo y negociación, que permitió superar diferencias y conciliar visiones.

Una vez firmado, el tratado se enviará a nuestros respectivos Congresos para su ratificación. Será, entonces, cuando este instrumento innovador comience a rendir frutos, ofreciendo una base más incluyente, firme y moderna para nuestros intercambios.

La negociación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá permitió reafirmar la importancia de la integración económica de América del Norte.

Desde hace un cuarto de siglo, nuestros tres países han mantenido estrechos vínculos comerciales.

Ese comercio ha transformado a México.

Hoy, nuestros intercambios con el exterior representan más del 70 por ciento de nuestro Producto Interno Bruto.

Y esto ha contribuido a que en la actualidad los beneficios del comercio con el mundo sean ampliamente apreciados por la sociedad mexicana.

La renegociación del nuevo acuerdo comercial buscó salvaguardar la visión de una América del Norte integrada, la convicción de que juntos somos más fuertes y más competitivos.

A pesar de lo mucho que nuestra relación comercial avanzó en las últimas dos décadas, aún había mucho por hacer para aprovechar el potencial de cada uno de nuestros países.

El Tratado México-Estados Unidos-Canadá le da un renovado rostro a nuestra integración.

La renegociación logró, en primer lugar, modernizar nuestro marco comercial. Los acuerdos comerciales no pueden permanecer estáticos, necesitan avanzar de acuerdo con los cambios de la economía y las necesidades de nuestras sociedades.

La inclusión de disposiciones sobre comercio electrónico, tecnologías de la información y facilitación del comercio son parte de los contenidos novedosos del Tratado. De hecho, una tercera parte del acuerdo trata acerca de temas que no están previstos en el marco vigente.

La renegociación del tratado permitió también encaminar a nuestra región hacia una integración más inclusiva y atenta a las demandas de nuestras sociedades.

Hace 24 años, el TLCAN marcó un nuevo estándar para los acuerdos comerciales de esa época.

Hoy, el Tratado México-Estados Unidos-Canadá es el primer tratado comercial que incorpora elementos para atender el impacto social del comercio internacional; facilita la participación de más sectores de la economía, incluyendo la incorporación de las pequeñas y medianas empresas al comercio regional; amplía la protección de los derechos de los trabajadores, fortalece la protección del medio ambiente e incluye una cláusula de revisión que facilitará su actualización constante.

En estas disposiciones radica la motivación más profunda de la voluntad que hoy expresamos al firmar este acuerdo: la decisión de ofrecer más y mejores oportunidades para nuestros pueblos.

Quiero expresar mi reconocimiento a los equipos negociadores de los tres países, cada uno buscó promover los legítimos intereses de su nación y, al hacerlo, contribuyó a alcanzar un resultado positivo para todos.

En el caso de México, también dejó testimonio de reconocimiento a los empresarios que acompañaron el proceso y, de manera particular, al nuevo gobierno, que entrará en funciones el día de mañana.

Su acompañamiento y coincidencia de visiones, en la última fase, contribuyó decididamente al éxito de la renegociación.

Expreso mi más sincero reconocimiento al Presidente Trump y al Primer Ministro Trudeau por la visión con la que se han conducido.

Gracias a ustedes, Presidente Trump y Primer Ministro Trudeau, el acuerdo que hemos forjado permite que cada país gane individualmente, pero también que América del Norte se fortalezca y prospere aún más.

Señoras y señores:

En el mundo actual, el futuro de cada país está firmemente ligado al destino de las demás naciones.

En América del Norte lo hemos comprendido, sabemos que la prosperidad de cada una de nuestras sociedades será mayor y más firme si se basa en la prosperidad de la región entera.

El acto que formalizamos hoy es una muestra de que México, Estados Unidos y Canadá, cercanos no sólo por la geografía, sino por los valores y anhelos que comparten, están listos para iniciar una nueva etapa en su historia compartida.

Muchísimas gracias.