El gran propósito de la Reforma Educativa es convertir a la educación en la gran fuerza transformadora de México. Para ello tiene tres grandes ejes de acción:

  • Lograr que nuestros alumnos sean educados por los mejores maestros. Con ese fin se creará el Servicio Profesional Docente. La Reforma contiene reglas claras, para que el mérito profesional sea la única forma de ingresar, permanecer y ascender como maestro, director o supervisor.
  • Hacer de la evaluación un mecanismo eficiente, para mejorar la calidad de la enseñanza. Para ello se eleva a rango constitucional al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y le otorga plena autonomía. Además ordena la creación de un Sistema Nacional de Evaluación Educativa, que tomará en cuenta las condiciones y desafíos que enfrentan los maestros en su realidad cotidiana.
  • Mejorar las condiciones para la formación integral de los alumnos. Con este fin, la Reforma fortalece la autonomía de gestión de las escuelas; y prevé aumentar sustantivamente el número de Escuelas de Tiempo Completo, para brindar más oportunidades educativas, culturales y de equilibrado desarrollo integral a los estudiantes.

En suma, con esta Reforma Constitucional, el Estado Mexicano asume plenamente la acción rectora y reguladora que le corresponde, para acelerar la transformación educativa del país.