Por Enrique Peña Nieto

El día de hoy recibí un alto honor como Comandante Supremo: Recibí la Espada y Sable de Mando de las Fuerzas Armadas de nuestro país.

A los Secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, Ciudadanos Generales y Almirantes de las Fuerzas Armadas reitero el honor, compromiso y responsabilidad que me significa este acto.

Estas armas son forjadas con valentía y las convicciones de cada soldado y de cada marino. Se fundieron con el metal de la lealtad, y el temple, de los hombres y mujeres que sirven a México con su vida.

Sin duda estoy consciente de todo lo que simbolizan: me refiero a los principios, y los valores del Ejercito, la Fuerza Aérea y la Marina Armada de México.

Los soldados de México están con nosotros, y con todo México. En tierra, mar o aire todos los días construyen un mejor país. Por su valor y solidaridad, se han ganado la admiración, el respeto y el afecto de los mexicanos.

Los exhorto a seguir respaldando los esfuerzos del Gobierno de la República para alcanzar las cinco grandes metas nacionales, protegiendo a la sociedad y los intereses de la nación.

Leales, por su honor y su palabra, militares y marinos dejan en prenda su Espada y su Sable de Mando, refrendando su lealtad institucional.

En reciprocidad, habré de ejercer el mando con plena responsabilidad y patriotismo, con convicción democrática y absoluto respeto a los Derechos Humanos, velando, en todo momento, por el bien de la Nación.