En la noche del 15 al 16 de Septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla al enterarse de que la conspiración de Querétaro contra la autoridad virreinal había sido descubierta llamó a sus feligreses a iniciar la lucha por la independencia.

Días más tarde, Hidalgo, en Guadalajara, dictó la abolición de la esclavitud; del pago del tributo de los indios, y de varios impuestos injustos, todas ellas disposiciones radicales que dieron un duro golpe al régimen virreinal.

Luego de una campaña fulgurante, Hidalgo, Allende y Aldama fueron vencidos y fusilados en 1811. Al año siguiente, y en conmemoración del inicio de aquella gesta, Ignacio Rayón celebró el 16 de Septiembre, y en 1813 el generalísimo José María Morelos pidió al Congreso de Chilpancingo solemnizar todos los años la fecha del 16 de Septiembre como aniversario del inicio de la lucha por la independencia.

Desde 1825, bajo la presidencia de Guadalupe Victoria, esta fecha se convirtió en la fiesta nacional por excelencia y en 1885 el Presidente Porfirio Díaz cambió la ceremonia del 16 al 15 de Septiembre. En 1896 se llevó a Palacio Nacional, desde Dolores, el esquilón de San José o campana de Dolores, introduciéndose al ceremonial el repique de la misma mientras se vitoreaba a los héroes. Desde entonces, todos los gobiernos han celebrado el Grito de Dolores.