Durante la juventud y la adultez de una persona pueden presentarse problemas de salud física, mental y social que, en caso de no ser atendidas oportunamente, la colocan en situación de riesgo y vulnerabilidad al llegar a la etapa adulta mayor; por ello, la prevención de enfermedades y discapacidad resulta fundamental para alcanzar un envejecimiento saludable.

Especialistas en gerontología del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) señalaron que la aplicación de planes y programas basados en la práctica de la geroprofilaxis, como medidas preventivas ante riesgos genéticos, de estilos de vida y por enfermedades, permiten disminuir la vulnerabilidad acumulada en las personas adultas mayores.

Así, señalaron, para que una persona pueda contar con mejores condiciones de vida en su etapa adulta mayor, es necesario tomar en cuenta los cambios físicos y mentales a lo largo de su vida, las consecuencias derivadas de la vejez que afectan su economía, salud, entorno familiar y comunitario, a fin de buscar alternativas que satisfagan sus necesidades.

Lo ideal es que las medidas preventivas de riesgos y discapacidad sean parte del estilo de vida de las personas desde temprana edad, con el objetivo de atender de manera prioritaria aquellos factores genéticos o biopsicosociales que afecten su calidad de vida en la etapa adulta mayor.

La geroprofilaxis es aplicada desde hace varias décadas en el DIF Nacional y su puesta en marcha constituyó un hito en la historia de la promoción del envejecimiento saludable o exitoso. Actualmente, el programa de atención a las personas adultas mayores del SNDIF tiene un enfoque de derechos y se basa en la gerontología para anticipar la aplicación de medidas preventivas en el círculo familiar de las y los beneficiarios.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) marcó al 2021 como el inicio de la Década del Envejecimiento Saludable.