La estrategia de combate a la malnutrición, el sobrepeso, la obesidad y la desnutrición debe centrarse en las escuelas, a fin de que niñas y niños se conviertan en replicadores del cambio de hábitos; además, se requiere una evaluación permanente de las medidas aplicadas para comprobar su efectividad, la actualización de leyes y un mayor control en la venta de alimentos procesados, en sus etiquetados y publicidad, entre otras acciones.  

Lo anterior forma parte de las conclusiones del Foro “Fortalecimiento de la Alimentación y Entornos Escolares: Rumbo a una Política Pública Alimentaria Integral”, organizado por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) y la Oficina en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Durante la sesión plenaria de cierre, autoridades, organismos internacionales y nacionales, expertos y especialistas, definieron las líneas de acción que conformarán la propuesta de nueva estrategia alimentaria en México, para su integración en el Plan Nacional de Desarrollo (PND).

Entre las conclusiones expuestas destaca la necesidad de que la estrategia para hacer frente a los problemas de salud pública de malnutrición, sobrepeso,  obesidad y desnutrición, esté centrada en los espacios escolares para involucrar a alumnos, familiares y docentes; que la atención a niñas y niños sea de acuerdo a su región y condición, la de su familia y comunidad, modificando para ello esquemas de asistencia y acceso a alimentos, e incluso la aplicación de modelos educativos.

Las y los ponentes reiteraron el llamado para trabajar de manera coordinada entre todos los entes de Gobierno, en el ámbito de sus competencias, organismos nacionales e internacionales y la sociedad civil, ponderando la vinculación con sectores productivos, la regionalización de la atención, el monitoreo y evaluación de las acciones aplicadas para verificar su efectividad.

Además, contar con personal sensibilizado en la aplicación de medidas, agilizar la entrega de recursos y garantizar su optimización; definir un órgano rector dentro de la estrategia intersectorial, actualizar la legislación para ejecutar proyectos, la unificación de los lineamientos existentes y la actualización de la Norma NOM-043 para normar la alimentación de la primera infancia.

También se pronunciaron por optimizar los recursos en materia de Promoción de la Salud para lograr enlaces estratégicos y afianzar alianzas con organismos internacionales, definir e implementar la metodología para desarrollar la estrategia en las escuelas tomando como base experiencias exitosas.

Agregaron que para la actualización de lineamientos, incluyendo publicidad en escuelas y criterios de inocuidad, se requiere de la conformación de un grupo técnico intersectorial y, en cuanto a la definición de criterios nutrimentales únicos para etiquetado, publicidad y expendio de bebidas y alimentos, se trabaje desde el Grupo Intersectorial de Salud, Bienestar y Sistema Agroalimentario (GISA), y a través del impulso de una reforma legislativa.  

Para que lo anterior se lleve a cabo de manera correcta, plantearon la posibilidad de establecer mecanismos de control y vigilancia claros que tengan metas específicas; la sensibilización, capacitación y empoderamiento de los actores de la comunidad educativa, el establecimiento de criterios para evitar conflictos de interés, la participación de organismos no gubernamentales y la definición de un mecanismo que dé continuidad al trabajo realizado. 

Asimismo, para que se concreten los procesos de formación que involucren activamente a la comunidad escolar, en los que se escuche a las niñas, niños y adolescentes, consideraron urgente diseñar una metodología de participación efectiva que genere resultados en el corto plazo.

Finalmente, señalaron que para complementar el diseño de la normatividad existente, se identificarán vacíos y se verificará su viabilidad, para armonizarla y determinar las atribuciones de las dependencias involucradas en la nueva estrategia.

Los temas que se abordaron en las mesas de trabajo del Foro “Fortalecimiento de la Alimentación y Entornos Escolares: Rumbo a una Política Pública Alimentaria Integral” fueron: Programas de Alimentación Escolar; Infraestructura para Espacios Alimentarios y Bebederos; Educación Alimentaria y Nutricional; Regulación para la Venta y Publicidad de Alimentos y Bebidas en las Escuelas; y Articulación y Gobernanza.

Entre las dependencias y representaciones participantes estuvieron: las secretarías de Salud, de Educación Pública (SEP), de Bienestar, de Economía, de Hacienda y Crédito Público (SHCP), de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y de Gobernación (SEGOB); el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), a través del Programa de Apoyo a la Educación Indígena, y la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.

La Oficina en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Oficina en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID).

Los sistemas estatales DIF de Chihuahua, Nuevo León, Zacatecas, Campeche, Querétaro, Jalisco, San Luis Potosí, Ciudad de México y Tabasco, así como la Secretaría de Salud de Nuevo León.

La Comisión Federal para la Prevención de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE), el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia (CENSIA), el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), a través del Centro de Investigación en Nutrición y Salud, y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ).

Las universidades Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Autónoma Metropolitana (UAM) y la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).