No es posible llegar, ni siquiera es necesario. Llegar es sólo una fantasía. El movimiento natural es zigzaguear, y es la verdadera aventura. Y para el recorrido, qué mejor compañía que un libro ambulante. Uno que sea como la espiral del humo, o como el alquitrán que permanece. Un libro trópico, giratorio, así es Zig-Zag lecturas para fumar. El nuevo libro del escritor Rogelio Garza.

En las páginas de este título se encuentra una selección de artículos que fueron publicados en la revista La Mosca en la Pared, relatos donde la música suspira, inhala, habla y conecta toda experiencia. Pero también otros que son suaves sujeciones  de lo que perdura en el deseo que nos mueve a encontrar lo efímero imborrable. Aquí el lector encontrará latitudes, trópicos íntimos, palpitaciones.

Comienza el libro con un prólogo del escritor Carlos Velázquez, en el que recupera lo que para él, y para una generación de jóvenes lectores fue encontrarse con los artículos de Garza “enciclopedista cool, fan de los Ramones, escribía sobre temas que nadie, o casi nadie tocaba en el medio mexicano, los beats, la cultura lisérgica, el periodismo Gonzo…” y predice el efecto que este volumen surtirá en los lectores: perderse en el desierto, mitológico, cargado de promesas.

Hay vuelos que aterrizan y vuelos que son espirales, la diferencia está en el destino que se busque, en San Francisco, la ciudad entre las nubes y II City Lights Books, el protagonista emprende un recorrido para llegar al Augustus Owsley Stanley III. Un boleto a las nubes, a otras nubes “vi con toda normalidad que la calle se transformaba, el barrio era una tira cómica”.

Para cuando el protagonista entre en la célebre librería del poeta Ferlinghetti, City Lights Booksellers & Publishers, las configuraciones de la phantasia, liberadas, desplegarán una galaxia de libros entre los que encontrará uno que publicó pero que nunca escribió…De viñeta en viñeta lo que aquí se pone en juego es el devenir estético de la psicodelia.  

Si cada persona es un universo, el ombligo es su centro, sentencia la primera línea de “Preséntame a tu ombligo”, un artículo que recorre, o mejor, explora casi como unos dedos la misteriosa y sublime hondura. Para aproximársele, sólo la metáfora. Cada una se convierte en una caricia, en un deseo transfigurado. Texto irresistible que es también una invitación a mostrar y compartir: el ombligo.

Al fondo se puede escuchar Bad luck de Social Distortion, mientras transcurre Hay días tan azules que se caen de morados y la pregunta golpea “¿en qué momento se apagó mi buena estrella?”. Todos los adjetivos y verbos que pegan, que abofetean la vida de los hombres, se unen y caen con toda su fuerza dando forma al  retrato del derrumbe, de lo que en nuestros tiempos significa la mítica caída.

¿Ha soñado el lector con ser un crítico de rock? Aproxímese con cuidado pues puede ser  un espejismo en el mejor de los casos y, en el peor, el reflejo de un rockstar fracasado. Prueba de ello es el hilarante, pero nunca superficial, artículo El a b c de la crítica rockera. En el que, a manera de test podrá conocer las debilidades y vicios de este hacer.

No es que la mirada de este  escritor se pose, es que los dedos de su escritura se mueven al preciso ritmo de la música para la que crea su dimensión: potentes sinestesias, como la que construye en The Grateful Dead, Dark Star. Unión de lo sonoro con lo cósmico, una epopeya de fosforescencias, sonidos sin principio ni fin, fusión de tiempos, espacios y sensaciones.

Siguiendo las pisadas de los Dandy Warhols, es una memoria palpitante que nos muestra que dentro de toda historia, hay historias, y que a veces unas horas son un catálogo de todo lo vivido. En un fin de semana se recorren lo mismo kilómetros que profundidades. Música y ecos. Estruendo y misterio. Fuertemente ceñidos por la revelación de que el amor también tiene decibeles.

El propio trazo de la letra Z sugiere el transcurrir de la existencia humana, pero también de los temas literarios de Rogelio Garza que no brotan sólo de la contemplación, sino de vivirlos. Esa es la razón de que Zig-Zag lecturas para fumar, sea un libro vibrante, inquieto y honesto. Y por la cual el lector siente que en cada artículo le espera un destino por descubrir.

Zig-Zag Lecturas para fumar es como el ruido blanco,  esa señal que contiene todas las frecuencias y todas ellas muestran la misma potencia.

Rogelio Garza nació en el Estado de México. En 1994 empezó a colaborar con la revista La Mosca en la Pared. En 2008 publicó Las bicicletas y sus dueños (Rueda Libre), reeditado en 2009 y 2011. Es periodista, publicista y ciclista. Colabora en diversos medios impresos y digitales sobre música y bicis.

Rogelio Garza, Zig-Zag Lecturas para fumar. Ed. Rueda Libre. 2014. Pp.236

Información: ARR

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