La labor del ilustrador es un trabajo creativo, solitario, reflexivo y emocionalmente satisfactorio, señaló Sol Undurraga.

Al abrir el ciclo de conferencias del 3er. Seminario Internacional de Ilustración, realizado en el marco de la Feria Internacional del Libro infantil y juvenil (FILIJ38), inaugurado por Marina Nuñez Bespalova, directora general de Publicaciones de la Secretaría de Cultura Federal, dijo que como ilustradora o en cualquier otra actividad profesional “nunca hay que esperar que el otro te apruebe”.

En su caso es más importante continuar por el camino que le permita “sentir que lo que uno hace es lo correcto, que se goza, porque si no se goza, entonces no vale la pena”.

En su ponencia "El dibujo como guiño del texto", definió al ilustrador como una persona que puede narrar a través de una imagen o un dibujo.

“La fortaleza de las imágenes en la ilustración es que es una nueva palabra. No regala ni sustituye al texto, lo complementa”.

Al resalta que una ilustración representa una seducción para comprar un libro, leer un texto o como un medio para exponer una idea, aseguró que no es un elemento superfluo porque profundiza y sintetiza la idea central de una obra o una campaña.

“La imagen también habla y debe decir algo. Si eso no sucede, no capta la atención”.

En sui caso, “cuando te pasan un texto, es necesario hace una reflexión y buscar una referencia para que la imagen tenga voz y poder construir un contexto general que ofrezca significados”.

Sol describió el momento en el que uno decide ser un ilustrado como “salto con una esperanza enorme”, en el cual se abren múltiples opciones por transitar, “como un video juego o un laberinto en el que uno puede incursionar por el mundo infantil, la prensa y los carteles, o exponer”.

Su trabajo comienza por la lectura del texto, subraya las palabras más importantes que le guían a construir su idea, el sentido de lo que proyecta dibujar, aportando su propia reflexión de una obra.  

“Cada palabra es el guiño de cómo voy a hacer mi ilustración. El dibujo tiene que ser una señal, decir algo, comunicar y expresar”.

Opinó que no es de su interés debatir si la ilustración es una forma de hace arte. “Es no importa”, pues es un proceso creativo, intelectual que expresa emociones, sentimiento e ideas con sentido para quien las aprecia.

Como medio de trabajo, aseguró, que le agrada laborar bajo encargo para ilustrar diversas obras literarias o artículos, así como en el desarrollo de sus propios libros ilustrados.

“Hacer trabajo por encargo es agradable. Me gusta mucho hacer cosas para prensa, donde te entregan un texto o te plantean un tema, y que uno debe busca por dónde lo va a sacar”.

Le agrada realizar todo tipos de trabajos relacionados con su campo laboral, porque cada uno representa un desafío. Cada uno es como un reto.

“Pensaba que no me gustaba hacer ilustración infantil, ahora me encanta. También es satisfactorio labor en presa o es muy agradable crear carteles.  Caricatura no se hacerla, ni lo he intentado”.

Descartó que exista una guía de cualidades y virtudes para ser ilustrador sólo hay que “tener ganas de trabajar, ser persistente, no desalentarse ante las adversidades. No hay recetas para esta disciplina, ni se pueden numerar cualidades. Todo depende de la búsqueda de cada individuo”.

Porque lo más importante “es las ganas y la persistencia que se tenga. Encontrar la satisfacción personal en el trabajo que se realiza. Creer en uno mismo”.

Sol Undurraga abandonó la arquitectura al encontrar su espacio de realización como ilustradora, trabajo que realiza de tiempo completo entre su país natal y Alemania. Sus dibujos expresan sentimientos, palabras y emociones.

Su firma como Sol Undurraga representa su trabajo serie o formal y como Mujergallina muestra su estilo sin frenos, en el que no le preocupan las opiniones sobre su obra, ya que es irreverente.

Información: AAD

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