Sensibles, libro del dramaturgo José Dimayuga, expone la realidad social de Acapulco

El dramaturgo José Dimayuga (Tierra colorada, Guerrero, 1960) reúne en el libro Sensibles, publicado por el Instituto Guerrerense de la Cultura con el apoyo del Conaculta, dentro de la Colección Juan Ruiz de Alarcón, dos obras escritas en distintos momentos de su carrera; el autor comentó que este texto es una forma de reflexionar sobre cómo el teatro es una manera de trascender el contexto en que se vive.

País de sensibles y La forma exacta de percibir las cosas, son las dos obras incluidas en esta edición. La primera de ellas se caracteriza por poseer una aguda movilidad escénica y por constantes conflictos en su desarrollo. La acción se ubica en el seno de una familia disfuncional, que enfrenta las consecuencias provocadas por la inseguridad y la falta de oportunidades.

En entrevista con Conaculta, José Dimayuga dijo que a la distancia, se sorprende que la obra País de sensibles en particular se haya adelantado a las circunstancias actuales que prevalecen en el puerto de Acapulco, “y en el país. Pero fue algo que en verdad no era mi primera preocupación, pero considero que al este inmerso en este contexto resulta inevitable la presencia de este tipo de situaciones.

“La obra se montó en varias ocasiones aquí en Acapulco y en otros municipios del estado, es un texto que escribí gracias a una beca del Fonca. La acción se desarrolla al interior de una familia que vive sin esperanzas, luchando cada día por sobrevivir; en su mundo no hay ni Dios ni diablo, por tanto todo está permitido y de ahí surge la violencia; las acciones de los personajes corresponde a la sinrazón que les rodea”.

Acerca de La forma exacta de percibir las cosas, montada en el 2012 también en Acapulco, es una historia intimista, protagonizada por un par de homosexuales que atraviesan una severa crisis en su relación, como ocurre en todas las parejas, sin importar el género. Pero sus acciones se tornan violentas, pues están llenos de frustración por la falta de oportunidades, la desigualdad social y la inseguridad que los rodea.

“Ambas fueron escritas en momentos muy distintos, la primera es mucho más realista que la segunda. Con el paso de tiempo, las personas adquirimos sabiduría; en aquellos años me interesaba vivir de esa manera, muy aterrizado en la realidad. Lo que he encontrado a través de los años es que el arte en general, el teatro y su escritura en particular, se convierten en una manera de trascender lo que vivimos, son un recurso para fortalecer el espíritu y la mente.

“La manera en que están escritos los textos también son distintas, pues al comienzo de mi carrera empleaba muchas acotaciones, quería de esa manera controlar por completo el montaje la historia y al mismo tiempo acentuar el efecto de realidad necesario para contarlas; pero ahora eso ha cambiado, mis montajes son más imaginativos, por decirlo de alguna manera, pues en la segunda obra hasta aparece un fantasma… de esa manera soy congruente con mi forma de pensar y de vivir en la actualidad. La realidad se ha convertido en eso, en un ente que no estamos seguros de cómo es, pero percibimos su presencia entre nosotros”.

José Dimayuga consideró que uno de los atractivos de esta publicación es la posibilidad de observar cómo un mismo autor evoluciona en su trabajo a partir de dos obras distintas entre sí.

“En el caso de País de sensibles, su historia resulta adelantada a la realidad actual, pero eso es lo interesante, me refiero al hecho de comprobar cómo el arte y sus creadores tienen la capacidad de hacer eso.

“De La forma exacta de percibir las cosas, ocurre algo similar. La diferencia es que ahora la reflexión planteada va más en el sentido de buscar una solución a los problemas que enfrentamos como sociedad, a partir de la imaginación y del arte, de nutrirnos con ellos… no es precisamente una segunda parte de País de sensibles, sino una resolución de los planteamientos expuestos en él. Creo que si intentamos salvar nuestro mundo, lo mejor es hacerlo a partir de la imaginación, habría que volver a nutrir nuestro espíritu con cosas positivas”.

Información: JRA