Un día tranquilo es una obra que surge como un homenaje a la memoria de quienes perdieron la vida en el terremoto que devastó a Japón el 11 de marzo de 2011 y que busca ser un testimonial de las familias afectadas por la tragedia y un medio para encontrar la paz.  

El título de la obra tiene como eje rector la historia de una pareja que debe enfrentar y sobrellevar la pérdida de sus seres cercanos. En conferencia de prensa, la directora Mikuni Yanaihara comentó que la puesta escénica, que debuta en México, ayudó a un hombre que había perdido a toda su familia en esta desventura y tras el montaje, él pudo continuar con su vida.

Por su parte, la directora de la Fundación Japón en México, Naoko Sugimoto, dijo que la puesta escénica es de gran importancia, pues con ella se celebran 130 años de relaciones bilaterales entre México y Japón.

La muerte es algo que hermana a México y Japón, como hicieron referencia durante la conferencia, pues ambos países han sufrido tragedias con terremotos y también tienen festivales dedicados a recordar a sus seres queridos que han fallecido. Son estos símiles los que provocaron una gran respuesta emotiva por parte del público ante la actuación de los nipones.

La obra contó con un formato poco común, una mezcla entre una vigorosa actuación y el uso de recursos audiovisuales, donde el artista interactúa con un entorno vivo formado por pequeñas casas de pájaro en la cual se refleja una ciudad en miniatura.  

Los actores hablaron sobre la exigencia física que requiere esta obra, pues tienen que estar en constante movimiento y con abundantes diálogos, lo que hace que terminen agotados tras la presentación, “eso es parte del tributo que se hace a la memoria de los muertos”, finalizó la directora.

Pese a los pocos recursos escénicos, hay un dinamismo vertiginoso. Esto da la posibilidad de ver la obra múltiples veces llegando a conclusiones distintas. Lo mismo ocurre con sus histriones pues comentan que ellos logran aprender una dimensión nueva con cada una de sus intervenciones.   

Tanto el colectivo de P. Mikuni Yanaihara Project, como la directora de la Fundación Japón, dijeron haber perdido el miedo a las calaveras y la muerte tras encontrarse en México por la forma en que este tema se trata en el país.

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