En el marco de las actividades del Ciclo Escritura y Diversidad Sexual, organizado por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes tuvo verificativo la mesa de discusión para rememorar las obras y legado del dramaturgo Carlos Olmos y el poeta y narrador Sergio Loo.

La Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes fue el espacio donde Mónica Nepote y Julián Robles resaltaron las creaciones literarias y personalidad de los autores en el ámbito cultural nacional.  

Correspondió a Mónica Nepote, poeta, escritora, guionista, editora y gestora, ponderar la vida, recordar anécdotas y resaltar el trabajo intelectual de Loo, tanto como amiga y editora de algunas de sus obras.

“Fui testigo de su escritura y de cómo trabajó el texto”, por lo tanto, “tuve la oportunidad de mirar muy de cerca la textualidad de Sergio,  de cómo tejía cuestiones que tiene que ver justo con las identidades, con esto que llamamos la idea de diversidad sexual”.

Agregó que “la idea de identidad, la idea de poder desmontar la idea de identidad final está muy ligada a un trabajo de alteración de la sintaxis, de alteración de la gramática”.

Paralelamente “hace un proceso de montaje y desmontaje del lenguaje, pero al mismo tiempo está haciendo un proceso de montaje y desmontaje de los cuerpos, de los cuerpos que pueden estar representado en su literatura, pero también de los cuerpos textuales y de nuestra idea de corporalidad”.

Aseveró que su literatura surca muros delicados, “en el sentido de que ya no sabemos dónde se termina el poema y empieza una especie de prosa narrativa”.

En algunos “nos lleva hacia una incisión crítica ensayística. Toda es hibridación. Tiene que ver con una manera de reflejar la escritura que  plantea y promueve, no solamente de otras formas de estar en el mundo, entenderlo y codificarlo, sino también, en contribuir en que nosotros lectores, nos situemos ante ese cuerpo extraño, atípico, anómalo”.

Se cuestionó “¿qué serían estos cuerpos en el caso de la literatura de Sergio?¿Qué son estas relaciones extrañas qué tienen los personajes, donde a veces son dos hombres que se enfrentan amorosamente, pero también antropofágicamente” en alguno de sus personajes.

La palabra provocación era parte de su léxico cotidiano “porque tenía un modelo tan incisivo”  como “una especie de arma que siempre lanzaba”.

En su literatura los procesos emocionales están fuera “y si bien el tema amoroso es importante y está presente; pero, en la tensión erótica que presenta las relaciones de poder que se pueden dar entre dos cuerpos, las relaciones de domino y de invasión, cuando el constructo social de identidad invade nuestros cuerpos”.

Julián Robles, escritor, productor, guionista de televisión, director y becario de la primera generación de la Fundación para la Letras Mexicanas, en el área de Narrativa y asistente de Carlos Olmos, indicó que su mentor fue un personaje raro, extraño y muy culto.

Olmos no pensaba en “un universo gay que pudiera defender a capa y espada, en el ámbito personal, pero no así en sus obras, porque tenía una diversidad sexual en su teatro, pero no necesariamente homosexual”.

Incluso aseveró que fue “mucho más perverso”, por lo más de uno de los que asisten a las marchas gay podrían escandalizarse de la diversidad sexual que presenta en sus obras, como ejemplo mencionó la trilogía de juegos: Juegos Fatuos, Juegos Impuros y Juegos Profanos.

“La diversidad sexual de Carlos se aborda en muchos sentidos, no precisamente en el gay, porque no creía en este mundo”.

En  su opinión en la vida de Carlos Olmos hubo dos caminos que determinaron su destino de manera radical: el teatro y la televisión, el primero como el ámbito de su enriquecimiento cultural, y el segundo como el medio que le ofreció fama y estabilidad económica.

Carlos Olmos (1947-2003) perteneciente a la corriente de teatro realista, enfocado en la construcción de personajes a partir del carácter, donde la psicología, ensueños y acciones de sus personajes fueron su principal materia prima.

Fue guionista de las exitosas telenovelas  Cuna de lobos, El extraño retorno de Diana Salazar, AcompáñameEn carne propia, Sin pecado concebido y La pasión de Isabela, entre otras.

A lo largo de su exitosa trayectoria profesional fue responsable de diversas adaptaciones y obras de teatro, entre ellas: Juegos Fatuos, Juegos Profanos, Juegos Impuros,  El Presente Perfecto, Otra Vuelta de Tuerca de Henry James, Ardiente Secreto de Charlotte Brontë y Aventurera, película dirigida por Alberto Gout.

Sergio Loo (1982-2014), pese a su corta edad, los 31 años, destacó como poeta, narrador y novelista. Entre sus obras más significativas destacan: Claveles automáticos (2006), Guía Roji (2012) y la edición póstuma Operación al cuerpo enfermo (2015).

En la narrativa creó las obras House: retratos desarmables (2011), en la que compone microcapítulos ordenados que evocan el ritmo de la música house, y en los que el sexo y la marginalidad son rasgos recurrentes.

Información: AAD

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