• El horario es de jueves a domingo, de 10:00 a 15:00 horas; el museo de sitio continúa cerrado hasta nuevo aviso

La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Centro INAH Tlaxcala, abrió nuevamente la Zona Arqueológica  de Zultépec-Tecoaque, un espacio vivo donde la comunidad participa y reconoce su historia.

Tras el cierre en marzo y una reapertura intermedia en octubre del año pasado, y habiéndose ajustado a los lineamientos sanitarios, este lugar identitario de Tlaxcala reanuda actividades para seguir dando a conocer los restos materiales de la arquitectura y vestigios que dan cuenta de las formas de resistencia presentada por los indígenas del asentamiento a la conquista de los europeos.

Desde hace cinco siglos, Zultépec (“cerro de las codornices”), como lo conocieron los acolhuas, aliados de Tenochtitlan, resguarda uno de los pasajes más emblemáticos de la historia de Tlaxcala y del país: aquí se apresó a una caravana conformada por alrededor de 550 personas, entre castellanos, indígenas tlaxcaltecas, totonacas, mayas y taínos, así como negros y mulatos de origen africano, la cual provenía de la Villa Rica de la Vera Cruz, y cuyo objetivo era llegar a Tenochtitlan.

Tras ser encerrados en cárceles improvisadas en las casas de muchos de sus pobladores y destinados a rituales diversos, por casi seis meses, los pobladores residentes le renombraron Tecoaque (“lugar donde se comieron a los señores o dioses”).

El asentamiento, originado en el periodo Clásico Temprano (200-600 d.C.), es considerado como de los de mayor constancia histórica, cuya puesta en valor se exalta justo en la conmemoración de los 500 años del encuentro de dos culturas, “y su reapertura refrenda su importancia como sitio obligado a visitar por el turismo ávido de la historia”, destacaron autoridades del Centro INAH Tlaxcala durante un recorrido con motivo de la reanudación de actividades.

Atraído por la enigmática historia de la zona, el fotógrafo y estudiante de cine, Iván Pérez, fue recibido por personal del INAH al ser el primer visitante en el día de reapertura del sitio. Luego de pasar el filtro sanitario, donde se le tomó la temperatura, se le aplicó alcohol gel y líquido sanitizante, y verificó el uso correcto de cubrebocas, el joven recorrió el sitio arqueológico guiado por el custodio especializado, Ramiro Carrasco, quien le compartió una reseña histórica. Al final, se le entregó un presente.

La zona arqueológica está abierta de jueves a domingo, de 10:00 a 15:00 horas, bajo las medidas sanitarias respectivas, siempre en el tenor de salvaguardar la integridad del personal operativo y de los visitantes. El aforo máximo permitido es de 40 personas al día, y en grupos no mayores de seis personas. El museo de sitio permanece cerrado hasta nuevo aviso.