Silencio, Romeo, adaptación al lenguaje de señas mexicanas de la obra clásica de William Shakespeare Romeo y Julieta, se presentará en el Teatro El Granero, Xavier Rojas del Centro Cultural del Bosque como un mensaje de amor e integración que mostrará que el teatro es un arte universal para disfrutar unido todo tipo de públicos superando barreras.

Artistas sordos y oyentes se integraron para que el público disfrute de una obra donde se utilizará el lenguaje oral y la lengua de señas mexicanas por parte de los actores que escuchan.

Los actores sordos actuarán en señas mientras que actores oyentes encargados de realizar la sonorización y musicalización dirán los textos en español hablado.

Eduardo Domínguez, Estela del Rosario y Roberto de Loera dijeron, en entrevista, que su propuesta artística afrontó, durante el proceso del montaje diversos retos, como lograr una traducción que posibilitara a las personas sordas comprender y entender, en su integridad total, el texto como el mensaje que se deseaba transmitir.

“Necesita entenderse con claridad el mensaje, y no sólo eso, tenía que ser estético, bello, como es la obra de Shakespeare”.

Otra de las dificultades que se debió superar fue que los actores oyentes no conocían el lenguaje de señas, “por lo que cuando entraron a formar parte del equipo que presentaría la obra tuvieron que capacitarse para que aprendieran el guion en este idioma y cuidaran que su lenguaje, también, fuera  el adecuado”.

Es decir “hacer las señas de forma estética y que a la vez pudieran ir a la par de lo que están diciendo en español, dado que la gramática de la lengua de señas mexicana es diferente a la gramática del español”.

El hecho de que un actor oyente tenga que utilizar su voz y manos al mismo tiempo “representó un reto para poner en orden sus ideas, adaptarse a la gramática de ambos idiomas diciendo el guion en dos idiomas diferentes”.

Paralelamente se debió resolver la distribución del elenco en el escenario, pero con el ingenio y creatividad del director Carlos Corona se redujo el guion para ajustar el tiempo a hora y media.

Pese a todas las clases de inconvenientes que se presentaron se superó la barrera del lenguaje, gracias a la convivencia y de que “hubo una muy buena vibra, de sentir al otro, a nuestro compañero. Es un gran trabajo de equipo. La obra no sería lo que es sino hubiera un equipo tan generoso”.

Este montaje se ha presentado en otros escenarios con muy favorables respuesta del respetable.

“Cuando el público asista a nuestras funciones prestará atención a la historia. Pero obviamente, llama la atención de que los actores sean sordos. Eso genera curiosidad en sí”.

Por otra parte, “hay ocasiones que nos preguntan si en verdad somos sordos, porque ven la complejidad del guion y lo que representamos. Ellos, el público, no ve quien es sordo o quien es oyente. Ellos verán actores profesional que están a un mismo nivel”.

Rechazaron ser actores con una discapacidad, “somos actores profesionales y a eso nos dedicamos. Entonces, el hecho de presentar nuestras obras en lengua de señas acompañados con músico, con oyentes, con voz, hace que las personas puedan entender a profundidad”.

Los actores comentaron que progresivamente cambia del panorama sobre el pensamiento de la gente respecto a los individuos que no hablan. “Esta puesta en escena contribuye a tener otra mirada”.

En ese sentido el mensaje que se pretende ofrecer es que “si bien se trata de una historia muy conocida que ha sido llevada al cine y al teatro en diferentes ocasiones, quisiéramos que se viera con otro punto de vista”.

Al utilizar la lengua de señas mexicana “es un factor que cambia, en sí, el panorama de la historia y le da otra mirada, como si fuera de otro mundo, por así decirlo, y como si se viera con otros ojos”.

Bajo la adaptación y dirección de Carlos Corona y la coproducción de la compañía Seña y Verbo: Teatro de Sordos y el British Council México el montaje  iniciará temporada a partir del 30 de junio, hasta el 26 de agosto próximo con funciones de sábados y domingos a las 12:30 horas.

La obra presentada por el Instituto Nacional de Bellas Artes a través de la Coordinación Nacional de Teatro integra el elenco con Eduardo Domínguez, Roberto de Loera, Valeria Fabbri, Estela del Rosario y Daniel Ortiz con música y voces auxiliares de Luz Olvera y Sebastián Lavaniegos.

La escenografía e iluminación corren a cargo de Alita Escobedo; el combate escénico, de Félix Terán Barrera, y el vestuario de Fernanda García.

Información: AAD

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