El Palacio de Bellas Artes fue el escenario para la presentación deManuel Álvarez Bravo. Una tarde de 1989, edición del Conaculta a través de la Dirección General de Publicaciones (DGP). Se trata de una selección de más de 30 fotografías realizada por Pablo Ortiz Monasterio, acompañada de versos de Octavio Paz.

En esta presentación, Pablo Ortiz estuvo acompañado por Paulina Lavista, Jesús Sánchez Uribe y Rafael Doniz, quienes compartieron diversas anécdotas sobre sus experiencias personales al lado de Manuel Álvarez Bravo, de quien cada uno de ellos dijo aprender no sólo como artista y creador, sino como un entrañable ser humano.

“Este libro da una idea muy clara de la generosidad y apertura de Don Manuel para con nosotros los fotógrafos”, mencionó Paulina Lavista, quien además realizó una reflexión sobre la forma en que ha evolucionado la fotografía con los equipos digitales.

Por su parte, Rafael Doniz habló de su relación de trabajo con el maestro Álvarez Bravo y el profundo impacto que tuvo en su vida la figura del reconocido fotógrafo. “Yo era su ‘achichincle’, y gracias a ello tuve oportunidad de tratarlo a diario. Don Manuel era un sabio, no sólo por su maestría en la cámara, sino por sus amplios conocimientos y sensibilidad hacia otros campos del arte, como la música, cine y literatura”.

Jesús Sánchez comentó que el artista enseñó a una gran cantidad de fotógrafos, incluidos  los cuatro que presentaron el libro, a “sentir la imagen” y, citando a Rafael Doniz, afirmó que “no es lo mismo ser fotógrafo que hacer imágenes”. Sánchez consideró que “actualmente hay mucha gente que hace imágenes, pero para ser verdaderos fotógrafos deberían primero conocer la obra de Álvarez Bravo”.

Pablo Ortiz Monasterio, cuyas fotografías integran esta nueva producción editorial del Conaculta, es director de los proyectos México IndígenaRío de Luz y Luna Córnea en el Centro de la Imagen. Su trabajo ha sido incluido en los libros Los Pueblos del Viento y Corazón de Venado, entre otros.

En cuanto al título del libro, Ortiz Monasterio refiere que precisamente una tarde de 1989 el maestro Álvarez Bravo lo llamó para invitarlo a hacer unas fotografías. “No explicó qué fotos quería, pero fui feliz con mi cámara y un bonche de rollos rumbo al Barrio del Niño Jesús. Nos sentamos en los equipales del patio y me propuso fotografiar las cosas. Me sentí halagado y dispuesto a hacer un registro puntual de todos los objetos. Tomé fotos sin tregua, todo era atractivo, todo resultaba elocuente. Me detuve sólo para cambiar el rollo de película y —con su voz amable— me dijo: bueno… pues… ya está, ya tenemos alguna foto, ¿no?... Años más tarde, entendí que en ese momento el maestro enseñaba al joven que para fotografiar hay que detenerse y mirar”.

La presentación de Manuel Álvarez Bravo. Una tarde de 1989, es una de las actividades para conmemorar el 110 aniversario del natalicio y 10 años del fallecimiento del artista, organizadas como complemento de la exposición Manuel Álvarez Bravo, una biografía cultural, que se puede visitar en el Museo del Palacio de Bellas Artes hasta el próximo 3 de marzo.

La publicación estará disponible en las librerías Educal. Para mayores informes se puede consultar la dirección electrónica http://www.educal.com.mx.

Información: JCT

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