El Palacio de Bellas Artes se iluminó de danza para convertirse en el escenario donde el director, coreógrafo y bailarín Marco Antonio Silva fue reconocido con la Medalla Bellas Artes, entregada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

María Cristina García Cepeda, directora general del INBA, fue la encargada de entregar la presea y así celebrar una trayectoria de más de tres décadas dedicadas al arte escénico, con la cual “reconocemos tu talento, constancia y pasión con que te has empeñado en construir una tradición y un futuro para la danza contemporánea de México”.

Esta presea, añadió María Cristina García Cepeda, “es un agradecimiento por haber elegido el arte como destino y forma de vida, por ser un ejemplo de rebeldía encauzada hacia el arte y por tu enorme capacidad para transformar la realidad en movimiento, gracias por despertar nuestra imaginación con tus coreografías y por la valentía de ser un creador escénico”, que corre riesgos y es audaz para crear una obra de arte.

En una noche, que la directora general del INBA calificó como un momento luminoso, de libertad creadora en la danza, recordó que Marco Antonio Silva es “un creador versátil, lo mismo ha sido bailarín que coreógrafo, actor que director de escena, productor y funcionario cultural, que ha impreso su huella en la historia de la danza mexicana contemporánea”.

Y es que la suya, dijo, es una obra madura, reflexionada, que si bien se sostiene por sí misma, también está construida con otras artes, como la música, el teatro y sobre todo la literatura, donde lo mismo nos podemos encontrar con Cervantes, Rulfo o Paz.

Su trabajo, añadió la directora general del INBA, es reconocido en los diversos países donde se ha presentado con Utopía Danza Teatro, compañía que fundó en 1981, además de haber participado en producciones cinematográficas, de ópera y multimedia; fungió como coordinador nacional de Danza en el INBA, de 2002 a 2008, donde buscó la profesionalización y la unidad de la comunidad dancística de México y acercar esta disciplina a los públicos más jóvenes.

Aseguró que la obra y trabajo de Marco Antonio Silva han hecho que la danza contemporánea en nuestro país navegue sobre mejores aguas hacia el futuro, por ello “nuestro reconocimiento y agradecimiento porque existas en la danza mexicana”.

Marco Antonio Silva, acompañado de familiares, amigos y colegas, destacó que ser galardonado con la Medalla Bellas Artes es un momento de gratitud, pero también de celebración, de promesa y de cambios para todos, en todos los terrenos.

De la danza dijo que “es tiempo, espacio, luz y un cuerpo entrañable. La danza es acción, es dinámica, es expresión, motivación, acto de fe que razona con el cuerpo, la mente, la emoción y el espíritu”.

Actualmente, agregó, “aunque son tiempos difíciles, son tiempos que demandan, imponen la creación, todo motivo de creación es sustancial para que nos movamos en una dirección de promesa, de esperanza, de realidad y modifiquemos todo lo que pueda ser modificable”.

Durante la entrega de la Medalla Bellas Artes, Marco Antonio Silva estuvo acompañado por maestros, amigos y colegas, como Gladiola Orozco, una de sus primeras maestras; Rodolfo Reyes, Hugo Arrevillaga, Mauricio Nava, Ricardo Pérez y Raúl Quintanilla, quienes contaron anécdotas no sólo en el plano profesional, sino también personal.

Así, los asistentes pudieron escuchar las experiencias de cada uno de ellos cuando conocieron a Marco Antonio Silva, de quien destacaron su sentido del humor, picante y ácido, y a quien calificaron como un artista indiscutible, con una apasionante trayectoria en la danza, al tiempo que revelaron pasajes poco conocidos de su vida, como el hecho de que en su juventud estuvo en una banda de rock llamada Máquina 501, donde tocaba la batería.

Información: AGB

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