Interpretaciones con una amplia muestra de creaciones de compositores contemporáneos internacionales de música de cámara de amplia diversidad estética que explora situaciones límites de los instrumentos con sonoridades urbanas cotidianas en la frontera del ruido y la música popular, ofreció el ensamble argentino Tropi.

Noche de éxito en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes para los músicos en su breve gira la Ciudad de México. El encuentro tuvo como marco especial el estreno mundial de Alia, del Carlos Ángel Zarate, en los festejos por una década dedicada la divulgación de la música de cámara de los siglos XX y XXI y sus actuaciones en el programa del Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez.

La pieza del autor mexicano escrita para quinteto: flauta, clarinete, violín, chelo y piano resultó la obra seleccionada en el programa de la edición XXXIX del Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez y elegida para ser incluida en su repertorio.

Para el ensamble, la Sala de Bellas Artes fue un encuentro especial con el público mexicano, mientras que en el concierto ofrecido el 20 de junio pasado en El Colegio Nacional, brindó un concierto monográfico dedicado al icono de la composición contemporánea estadounidense George Crumb.

El programa de esa noche incluyó: Eleven Echoes of AutumnMundus CanisVox Balaenae y Night of the Four Moons.

Haydée Schvartz, directora musical del ensamble argentino rememoró esa velada para agradecer el apoyo recibido por la cancillería argentina, la Secretaría de Cultura, la Coordinación Nacional de Música y Ópera de Bellas Artes y el Conservatorio Nacional de Música, donde el jueves pasado ofrecieron una clase magistral abierta a alumnos, maestros y público en general.

Acto seguido, anunció el programa de temas de música contemporánea de la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI, del cual dijo “la diversidad y explosión de diferente estética a lo largo de todos estos años es, sino ilimitada, sí con la presencia de muchas corrientes estéticas, donde cada compositor crea un universo”.

El programa se conformó con “un grupo de obras que no sólo generaran entre ellas un arco musical formal, del modo de que cada una, de alguna manera, habilitara la siguiente y realzara a la anterior”.

El concierto abrió con La force du vertige de Nicolaus Huber (Alemania 1950), de su creador dijo: “busca purificar el lenguaje de la música y  desarrolla su composición a partir de células individuales con un fuerte predomino del ritmo”.

De hecho las denomina composiciones rítmicas. Muchas veces extrae sus materiales de ritmos populares y lo hace de manera extrema en la repetición y la irrupción de lo inesperado. Haydée añadió que su música utiliza todas las situaciones y contextos con acciones y sonidos extramusicales.

Carlos Ángel Zarate subió al escenario para presentar su opera prima Alia, y expuso que su pieza buscó encontrar un hogar en algún lugar y creo que fracasó un poco en el intento de encontrar un hogar e inscribirse en una tradición específica, pero en el camino me hizo aprender muchas cosas sobre la composición.

Tropi de Niccolo Castiglioni (Italia.1932-1966) fue la siguiente melodía del programa. La directora del ensamble resaltó que el compositor, si bien no era una figura muy popular, era un compositor de culto dentro del ámbito de la música contemporánea y un referente para otros compositores. “Es un compositor de una exquisita producción, sin tener un catálogo muy extenso, pero poco interpretado por los ensambles, pese a ser genial”.

Después del intermedio, Sebastián Tello, en la flauta; Constancia Moroni, clarinete; Florencia Ciaffone, violín; Alejandro Becerra, violonchelo; Malena Levin, piano; Manuel Moreno, guitarra y Juan Denari, en la percusión, tocaron Tonadas heroicas nacionales y homenaje, de Eblis Álvarez (Colombia 1977).

“Es un autor bastante polifacético que mira la música popular desde la experimentación y desde lo académico, en esa mezcla, tanto como mira a lo académico como al experimentar desde los popular”. De su obra Eblis indica, leyó Haydée: “no puedo definir con palabras las ideas musicales que planteo en una pieza determinada”.  Sin embargo, “mis ideas provienen de fuentes melódicas o texturales. Las ideas melódicas, por lo general, tienen que ver con un imaginario tonal, modal impreso en música populares más que en influencias dadas por la academia de la música contemporánea”.

De Diego Taranto (Argentina, 1976) tocaron Quijadas, un creador que describe su trabajo musical así: “los materiales, las relaciones entre ellos, los conflictos, la tensión, la ruptura, las expectativas, las frustraciones, los movimientos, la construcción y el cercenamiento, conforman el panorama dentro del cual transcurre la pieza”.

Donde “todos estos aspectos están en constante movimiento reconfigurándose y evitando restablecerse. Y mediante ello, solapadamente, recorriendo por un camino no direccionado, sin gradualidades y transiciones, con yuxtaposiciones violentas en que la resultante consiste en un crecimiento constante de la inercia, la cual se constituye en el único parámetro de continuidad a lo largo de la pieza”.          

La agradable tarde noche concluyó con la melodía Amid, de Simon Steen-Andersen (Dinamarca, 1976), al que describió como un artista que aborda sonoridades nuevas, de gran éxito internacional. De su obra, expone el compositor: “el movimiento del sonido, el sonido del movimiento. Condición de lo esencial, esencia de la condición. Objeto como espacio, una música de largo arriba y la inspiración”.  

Información: AAD

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