Una gran sensibilidad y un constante contacto con la lectura suscitaron en Dolores Castro su interés por escribir poesía, para lo cual, dijo, es necesario aprender a manejar la lengua, pues no sólo se trata de tener algo qué decir, sino también de saber cómo decirlo.

Nacida en Aguascalientes el 12 de abril de 1923 y con más de 20 libros sobre todo de poesía, pero también de novela y ensayo, la autora señaló en entrevista con el Conaculta que “escribí lo que verdaderamente quise decir”.

Para Dolores Castro todo fue importante, primero los estudios. En la secundaria conoció a Rosario Castellanos, con quien formó parte del Grupo Ocho Poetas Mexicanos, que “fue muy importante para mí, porque fue mi amiga y en buena parte maestra”.

Estudió Leyes y Literatura Española, viajó a España y cuando regresó a México se dedicó a trabajar en temas relacionados con las letras, en la radio, en revistas de literatura y en la impartición de talleres.

Y es que ella, apuntó, eligió “vivir y contar”, por lo que con siete hijos, primero tenía que cambiar un pañal y luego escribir el poema que le había llegado, porque para la autora, la poesía es “un camino para conocer y para conocerse, porque nos permite descubrir más sobre la vida en todas sus manifestaciones, uno puede mediante la imaginación, ir hacia la vida de la tierra, del agua, de las plantas, de los animales, pero sobre todo del hombre y de la mujer, porque ¡viva la diferencia, si somos diferentes!”.

La poesía, dijo, también permite “conocer mejor el mundo, en lo entrañable, en lo mágico, en lo maravilloso” y sirve para escuchar, toda vez que las palabras son música e imagen, por su sonido y por lo que despiertan.

En este sentido, indicó que el poeta es una persona que constantemente se hace preguntas, “quién soy, qué hago aquí, hacia dónde voy, qué es lo que me circunda” y entonces, expuso, el mundo de cada persona que vive y que escribe la poesía, se enriquece de una manera extraordinaria y nos permite amar la vida, conociéndola mejor, sabiendo que es un milagro y al conocer mejor la vida propia, uno también puede reconocer mejor y respetar más la vida de los demás.

Al leerla, la poesía se convierte en una especie de contagio, por la emoción que transmite logrando una comunicación más inmediata con la gente. Sin embargo, la escritora reconoció que hay dos tipos de poesía, una fácil y una difícil de comprender.

“Si es muy fácil porque sea totalmente superficial, no sirve para nada. Si es fácil porque se llegó a la posibilidad de comunicar algo de una manera precisa y profunda, entonces es para todos. La poesía difícil, si encierra verdaderamente lo grandioso o lo incomprensible por grandioso, entonces uno debe hacer lo posible por entenderla, pero si es difícil porque la gente no supo expresarse, uno la debe descartar”.

En su primer libro Corazón transfigurado, la poeta reconoció que quiso dar evidencia de su buen manejo del endecasílabo, de que tenía hermosas imágenes que expresar y aunque abordaba sus preocupaciones fundamentales, reconoció, “no era yo precisamente”.

Quien escribe poesía, debe tener una voz, la cual resulta de lo más íntimo del ser, por ello, comenzó a escribir de otro modo, “porque mi preocupación es escribir de la manera más sencilla, no simple. Sí, que sea poesía, sí, que tenga emoción, pero que sea para un lector que no está avezado en entender unas imágenes que, en primer lugar, ni le digan tanto”.

Porque la poesía, aclaró, debe ser “esencial, emotiva, verdadera, de manera que no haga exclamaciones que no siente, ni tampoco que no se atreva a decir”. Por ello en su escritura hay dos líneas fundamentales: una hacia el sueño y los valores, como el de la belleza y la otra es “una forma de comprender o de imaginar a todos los que escriben y a los que no escriben, a los que sufren, a los que han muerto”.

Lo más importante para Dolores Castro es la esperanza y confía en que mediante la educación, sea familiar, escolar, social o política, “todo cambie, todo se me puede derrumbar menos la esperanza, y creo que precisamente es la poesía, la que tiene un sueño muy cercano a los valores y que perseguir esos valores, es una de las principales tareas del poeta, defenderlos, enunciarlos, expresarlos con emoción, comunicarlos”.

En este sentido, señaló que la literatura es la principal vía de educación, pues quien lee aumenta en gran parte su dimensión de la vida y la lectura “es la salvación para sacarnos de un mundo extraño”.

Amante de la literatura del siglo de oro español, con siete hijos y luego de la muerte de su marido, Dolores Castro confesó que continuamente tuvo la visita de esa hermosa señora llamada Pobreza y tuvo que trabajar a marchas forzadas para sacar adelante a su familia.

Como maestra de talleres de literatura, “llegaba arrastrando la cobija y daba la clase quién sabe cómo”, lo cual la llevó a impartirlos en todo México, “sólo Sonora me faltó”. Con Alejandro Avilés, participó en un programa de poesía en Canal 11 y también tuvo programas especiales en Radio Educación.

Al mismo tiempo, siguió escribiendo, “seguí publicando, ya empezaban a pedirme para antologías”, pero desde hace un año, en que “me empezaron a premiar, ya no pude volver a escribir, porque tenía mil cosas qué hacer”.

Sin embargo, tiene dos libros recientes: Algo le duele al aire y Sombra domesticada. El primero es “para que la gente se aproximara a los problemas y que no fuera violento, sino misericordioso, y eso es Algo le duele al aire, le duele todo lo que ocurre en este momento, las muertes y todo lo demás. El segundo, más que libro es una plaqueta, es un poco una crítica al segundo milenio tan festejado. Pero en ninguno de mis libros pierdo la esperanza, aunque sea un poco arbitrario decirlo, puedo perder la fe pero no la esperanza”.

Además de escribir poesía, la autora incursionó en la novela, con La ciudad y el viento de 1962, la cual sufrió varias críticas porque era “muy poética”. Ahí, el personaje principal es la ciudad de Zacatecas, donde Dolores Castro, nacida en Aguascalientes, pasó su primera infancia.

Los terribles enfrentamientos que se dieron en esa ciudad en el terreno de las ideas, la religión y la violencia, “ese odio, es lo que ahí quiero mostrar, la forma absurda de matar por convicciones, unas convicciones que son de gente completamente obtusa, por falta de educación”.

Ahora, Dolores Castro sigue escribiendo, pero aclara que se dedica a “lo que no corresponde a mi vocación: prólogos, criticas, me pidieron una biografía, no tengo, yo nunca he escrito biografías, ahí están mis poemas, esa es mi biografía”.

Y es que para escribir poesía, dijo, “uno tiene que concentrarse, la primera concentración es para la imagen que debe surgir como poema, la cual a veces se fuga” y aunque antes se despertaba a las 4 de la mañana y se levantaba para escribirla, ahora dice “mañana me acordaré y ya no me acuerdo”.

A sus 92 años y con diabetes, la escritora aseguró que no hay muchos diabéticos con esa edad y que actualmente sus días son más lentos, pero los aborda “con ganas de seguir viviendo, no con miedo a la muerte, sé que llega, pero tengo ganas de seguir viviendo, porque la vida es un milagro”.

Entre su amplia producción poética destacan los libros El corazón transfigurado, Dos nocturnos, La tierra está sonando, Qué es lo vivido, No es el amor el vuelo, Sonar en el silencio, Oleajes, Íntimos huéspedes, Algo le duele al aire y Sombra domesticada, además de las antologías Obras completas, A mitad de un suspiro y La vida perdurable.

Por ellos, se ha hecho acreedora a galardones como el Premio Nacional de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz, el Premio Nacional de Poesía Mazatlán en 1980, el Premio III Nezahualcóyotl en 2004, el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2013 y el año pasado, recibió el Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura.

Su nombre engalana dos premios de poesía, el Estatal de Poesía Dolores Castro que otorga el Instituto Tlaxcalteca de Cultura y el Conaculta, y el Premio Dolores Castro de Narrativa y Poesía Escrita por Mujeres que otorga el Ayuntamiento del Municipio de Aguascalientes.

Información: AGB

Documentos

Descarga el PDF Kit de prensa