La escritora mexicana Alicia Molina, voz pionera en el panorama de los libros para niños en México, aseguró que la familia es un referente esencial para la lectura, pues es el espacio que nos puede aproximar a esa aventura o bien, vacunarnos contra ella.

Durante la conferencia magistral Descifrar en familia el mundo y más allá, con la que cerró el Seminario Internacional de Fomento a la Lectura, señaló que la familia es la que introduce a los niños al mundo de las palabras, las narraciones cotidianas, las tradiciones y la cultura, que son elementos para la búsqueda y la construcción de sentido.

En el marco de la Feria Internacional del Libro infantil y Juvenil (FILIJ), en su edición 35, apuntó que el arte, la literatura y los juegos nacen de la necesidad humana de conocer y comunicar la realidad, y son una forma de conocimiento, una intuición que penetra la realidad y la revela, al tiempo de salir de nosotros e ir más allá de nosotros mismos.

Ante bibliotecarios, maestros y promotores de lectura que se dieron cita en el seminario, Alicia Molina recordó que los libros son un puente que comunica al escritor y al lector, un punto de encuentro que permite bucear por el mundo interno del autor que si toca temas universales nos permite sentirnos reconocidos.

El libro, añadió, es “el soporte material de una historia, pero también puede ser el encuentro del otro que nos enfrenta, una experiencia ética y estética; la experiencia ética de ponernos en el zapato y bajo la piel de otro, el placer estético de encontrar la belleza que se nos oculta en la realidad”.

Comentó que en los libros o escuchando la lectura de un cuento, “el niño entra en contacto con la cultura y se abre a los otros, a sus experiencias, sus mundos, a los horizontes que se contemplan desde esas otras perspectivas”, lo que amplía el entorno de quien se encuentra con ellos.

Por ello, dijo la escritora, “leer es la llave para acceder a toda clase de información sobre el ser humano, la naturaleza, la cultura, información para conocer, para tomar decisiones, para participar en un mundo amplio; nos ofrece al mismo tiempo las destrezas y habilidades para interactuar socialmente con otros”.

El desarrollo de la inteligencia narrativa, añadió, es necesaria “para tejer una visión del mundo, una explicación de nosotros mismos y de nuestra historia, la personal y la que compartimos con otros. En los libros se nutre también el sentido del humor, esa sustancia que aligera la vida, suaviza nuestra comprensión del mundo y nos permite sobrevivir a las contradicciones y las inconsistencias del entorno y de nosotros mismos”.

Alicia Molina precisó que los libros nos ayudan a encontrar las palabras para expresar lo que guardamos dentro y “frente al texto descubrimos “con sorpresa y deslumbramiento que todo se puede decir”.

Recordó que “la vida de los niños no es tan plácida ni sencilla, está poblada de monstruos en la oscuridad, de miedos, inseguridades, frustraciones y dudas, todas esas amenazas que si no se nombran, crecen”.

La escritora mexicana consideró que por ello “los libros son una fuente que nos ofrece recursos para vernos a nosotros mismos, para enfrentar los retos y sobrevivir aún en los peores momentos, un amigo que despeja temores, un aliado que completa la vida, un espacio donde reside el asombro o el lugar que acoge a cada quien que desee refugiarse en él”.

Alicia Molina, autora de El agujero negro y El zurcidor del tiempo, clausuró el Seminario Internacional de Fomento a la Lectura, el cual arrancó el pasado 9 de noviembre y que reunió a especialistas de más de 15 países, quienes compartieron sus experiencias para promover la lectura en niños y adolescentes.

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