Este miércoles 25 de marzo se cumplen 94 años del nacimiento de uno de los poetas más admirados y queridos en México y América Latina: el chiapaneco Jaime Sabines, a quien se le considera “el poeta más leído y admirado en las últimas décadas de siglo XX”.

Con su poesía amorosa y humanista, de soledades, del paso del tiempo y de la muerte, Jaime Sabines, cual estrella de rock, fue capaz de abarrotar de jóvenes escuchas tanto el Palacio de Bellas Artes como la Sala Nezahualcóyotl.

“La Orden de los Amorosos”, solía decir Carlos Monsiváis a los seguidores de Sabines, “un pacto nacional que suscriben poetas, estudiantes, intelectuales, prófugos de la abogacía, entusiastas del bolero, políticos, burócratas, periodistas”, y en esas lides –agregaba el cronista, “si la poesía convoca multitudes no todo está perdido”.

Jaime Sabines Gutiérrez nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, “donde todos nacen poetas hasta que no demuestren lo contrario”, el 25 de marzo de 1926. Pasó su infancia en su estado natal y luego estudió Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Años después ingresó en la carrera de Lengua y literatura españolas.

Asistió a las clases de Julio Torri y Enrique González Martínez y formó parte de la llamada Generación de Medio Siglo, junto con sus amigos Emilio Carballido, Rosario Castellanos, Dolores Castro, Héctor Azar, Sergio Magaña y Luisa Josefina Hernández, entre otros.

Jaime Sabines fue hijo de Julio Sabines, un inmigrante libanés que llegó a México siendo un niño y llegó a ser Mayor del Ejército. Su madre, Luz Gutiérrez, formó parte de la aristocracia chiapaneca, que años después perdió todo con la Revolución.

Tuvo dos hermanos, Juan y Jorge. Muchas noches de su niñez, su padre solía contarles las historias que su memoria había conservado de Las mil y una noches. Años después, el poeta reconocería en aquella tradición oral su primer contacto con la literatura.

Considerado a sí mismo como “escribano de la vida”, para Jaime Sabines la poesía entonces fue “el resplandor de la vida y el contacto instantáneo con la verdad del hombre”.

A los 17 años comenzó a escribir versos que no publicó sino hasta los 23, cuando supo que tenía una voz propia. En 1945, cuando viajó a la Ciudad de México para estudiar Medicina, leyó y escribió como lo había deseado. Al ingresar a la Facultad de Filosofía escribió su famoso poema Los amorosos que apareció en su libro Horal (1950) y al año siguiente publicó La señal, además de Adán y Eva, su primer poema largo que sería publicado 11 años después.

Por su obra, Sabines obtuvo numerosos reconocimientos. En 1959, el Premio Chiapas; en 1972, el Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores y en 1983 el Nacional de Ciencias y Artes en el área de lingüística y literatura, entre muchos otros.

Tarumba (1956) y Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973) son dos de sus libros más relevantes, según sus críticos, y su obra ha sido traducida al inglés, francés y árabe, entre otros idiomas.

El poeta Eduardo Lizalde, contemporáneo de Sabines, reconoce en él autor de Diario Semanario a uno de los escritores más destacados y extraordinariamente importantes en la literatura mexicana: “Sabines es admirado por todas las generaciones, con una obra particular originalísima, de un temple, una energía y una personalidad impresionante.

“Sus libros son extraordinarios; yo he escrito muchos textos sobre su poesía. Era un personaje de gran personalidad, inteligencia, un notable iconoclasta, no aceptaba ninguna autoridad encima de él, pero era un conocedor de la literatura tanto nacional como internacional.

“Era un hombre de muy singular personalidad y estilo. Se anticipó a toda mi generación produciendo obras de una originalidad, energía y de una singularidad literaria extraordinaria. Sus libros son todos importantes, Algo sobre la muerte del mayor Sabines es uno de los más celebrados, pero son extraordinarios sus poemas de la juventud”, dice el poeta Eduardo Lizalde.

En 1986, para festejar sus 60 años, y en 1996, para su 70 aniversario, Sabines dio recitales con su poesía en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM y en el Palacio de Bellas Artes del INBAL, respectivamente, reuniendo a centenares de jóvenes.

“Jaime Sabines es un poeta vivo, pareciera que está aún aquí, porque continúa siendo muy leído por los jóvenes. Es un escritor definitivo y fundamental para la literatura en español y la literatura en general. Se le sigue leyendo, pero también se le traduce a nuevos idiomas”, comentó por su parte la periodista Pilar Jiménez Trejo, quien recientemente publicó la biografía del escritor chiapaneco. El pasado 19 de marzo, Sabines cumplió 21 años de haber fallecido.