Este mes egresará el segundo grupo de participantes, capaces de diseñar proyectos educativos de participación social a favor del patrimonio cultural.

La conservación del patrimonio cultural abre posibilidades para el fortalecimiento de la identidad y la construcción de vías para el desarrollo de las comunidades, bajo esta perspectiva el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) generó el proyecto “Conservadores sociales para el futuro”, un curso-taller mediante el cual muchachas y muchachos egresan sabiendo aplicar estrategias educativas que incentiven la participación colectiva en esta materia.

La actividad con duración de un año, es desarrollada desde la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH, y forma parte de la oferta de “Jóvenes Construyendo el Futuro”, programa impulsado por la Secretaría de Trabajo y Previsión Social del Gobierno de México.

Thalía Velasco, directora de Educación Social para la Conservación, de dicha coordinación, informa que cada vez es más necesario contar con profesionales de este perfil, en virtud de los factores naturales, pero sobre todo antropogénicos —procesos derivados de la acción humana— que han alterado ecosistemas y dañado sus propios símbolos de memoria, como son las zonas arqueológicas y monumentos históricos, mermando sus saberes ancestrales.

“En la CNCPC, enfocada a la conservación de bienes culturales, creemos que el patrimonio tiene sentido en función de su vínculo, uso y valoración social. En ese sentido, y a la par de la ejecución de los proyectos en los inmuebles, intentamos desarrollar un acercamiento con los usuarios, con las comunidades, para conocer sus expectativas, aterrizar conceptos y generar actividades que los involucren con su legado”.

Con el objetivo de que lo material y lo inmaterial regresen como expresión de matrices culturales en las que los individuos y los colectivos se puedan reconocer y reconstruirse a sí mismos, Gabriela Patterson Delaye, restauradora perito y maestra en Educación, diseñó un plan curricular que ha tenido enorme éxito, toda vez que en mayo egresaron los primeros seis participantes del curso-taller, y en este agosto lo hará el segundo grupo.

Interesados por las características del proyecto “Conservadores sociales para el futuro”, a este llegaron jóvenes que concluyeron la preparatoria sin tener una vocación definida, así como egresados de las carreras de pedagogía, sociología, antropología social, historia, artes plásticas, música y cine; formando así un equipo interdisciplinario capaz de proponer y poner en marcha iniciativas de participación social con un enfoque integral, sostiene Patterson.

Como expresa Eréndira Cuevas, joven socióloga con especialidad en cultura y educación, “la cuestión patrimonial está muy abandonada en nuestro país y existen pocas oportunidades de ejercer profesionalmente desde el ámbito de la cultura, de ahí que este tipo de actividades no deben ser desaprovechadas por quienes estamos interesados en esta línea de trabajo”.

Mientras, el pasante de sociología Rodolfo Silva define al conservador social como un “mediador” entre todo lo que representa el patrimonio cultural y las personas que —sin tener conciencia de ello— interactúan a diario con él; Eréndira Cuevas prefiere nombrarlo un “conciliador” que, desde el ámbito institucional, refuerza en la sociedad todos estos valores heredados.

Gabriela Patterson detalla que el diseño metodológico fue aplicado como estudio de caso a los trabajos de conservación, restauración y reconstrucción del patrimonio cultural de Xochimilco, afectado por el sismo del 19 de septiembre de 2017; esta segunda etapa se enfoca al legado dañado por diversos eventos sísmicos, en Santa María Ozolotepec, Oaxaca.

“En el primero empezamos por un análisis de contexto, entrevistamos a diversos personajes de la demarcación como los chinamperos, visitamos sitios como Cerro Cuahilama, realizamos encuestas a la población y detectamos desconocimiento sobre ciertos elementos que forman parte del patrimonio de Xochimilco, por ejemplo, del culto al Niñopa”.

Asimismo, se contó con la experiencia directa de especialistas del propio INAH, entre ellos la historiadora Araceli Peralta, conocedora del pasado colonial de esa alcaldía, y el doctor Ciro Caraballo Perichi, consultor de la UNESCO, quien abordó los instrumentos y metodologías que se diseñaron para el Plan de Manejo Participativo de Xochimilco. Como resultado de esta capacitación, dos egresados trabajan ahora en una consultora, siguiendo este soporte conceptual.

Debido a que el sector seleccionado fue el alumnado de primaria, se propuso y se trabajó en el montaje de una obra de títeres —enfocada al rico patrimonio biocultural xochimilca—, el cual, por ahora, será virtual, en tanto las autoridades sanitarias no dispongan el regreso a clases presenciales, refiriere Patterson.

Venidos de las humanidades y de las ciencias sociales, o sin una definición vocacional, los jóvenes, provenientes del Programa “Jóvenes construyendo el futuro”, terminan esta actividad en un año, capaces de fungir como conservadores sociales, al contar con los conocimientos, habilidades, actitudes y valores para diseñar con éxito proyectos educativos de participación social, vinculados con la problemática de la reconstrucción del patrimonio histórico-cultural.

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