La impronta como intelectual crítico del sistema político mexicano de Daniel Cosío Villegas (Ciudad de México 23 de julio, 1898 – 10 de marzo, 1976), fue el principio de la libertad de expresión que en la actualidad ejercen desde diversos medios de comunicación pensadores contemporáneos, al compartir esta herencia, el legado del mencionado escritor prevalece en el tiempo.

Daniel Cosío Villegas fue economista, historiador, sociólogo, politólogo y ensayista primer director del Fondo de Cultura Económica, creador de la Escuela Nacional de Economía y colaborador en la conformación de El Colegio de México.

Además de numerosos artículos periodísticos, Daniel Cosío Villegas fue autor de libros como Extremos de América (1949), La historiografía política del México moderno (1953), Porfirio Díaz en la revuelta de La Noria (1953), La Constitución de 1857 y sus críticos (1957), Cuestiones internacionales de México, una bibliografía (1966), y Ensayos y notas (1966).

Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua, destacó que un aspecto que habla de su trascendencia en el devenir cultural del país lo constituye la iniciativa presentada por él mismo al presidente Lázaro Cárdenas de aceptar en México a los exiliados de la Guerra Civil Española; a su vez, los intelectuales radicados en el país fundaron la Casa de España, que luego se convirtió en el Colegio de México, del cual Cosío Villegas fue fundador y director.

También figura su participación en la creación del perfil educativo de de dicho organismo, dedicado a desarrollar estudios e investigaciones de nivel superior, como maestrías y doctorados, así como investigaciones del más elevado nivel, para ubicarse desde su creación como una de las instituciones educativas más prestigiosas del país. 
Otra de sus grandes aportaciones es su participación para la formación del Fondo de Cultura Económica. “México le debe la creación de esas dos instituciones. En particular la labor editorial del FCE, fundamental en el desarrollo de la literatura nacional, pues ofrece desde su nacimiento la publicación de títulos de importantes autores internacionales, para mantener así actualizado el acervo disponible a las nuevas generaciones de estudiantes. Pero además Daniel Cosío Villegas desarrolló una labor que en los años setenta era casi imposible: criticar a las instituciones gubernamentales”, expresó Jaime Labastida en entrevista con Conaculta.

“En esos años el sistema no le permitía a nadie hacer eso, pero en su caso también lo escuchó y atendió sus opiniones, eso se convirtió en un ejemplo heredado a nuestros tiempos, pues su obra fue particularmente crítica e intransigente, un ejemplo a seguir. Considero que lo relevante de sus comentarios críticos, compartidos a través de la publicación de ensayos periodísticos, era la forma en que lo decía, ceñida al mismo rigor académico de sus investigaciones”, refirió el director de la Academia Mexicana de la Lengua.

El filósofo, poeta y ensayista agregó que los ensayos literarios de Daniel Cosío Villegas son otra rica veta reflexiva que aún conserva la potencia necesaria como para seguir cuestionando el entorno social del país, que se halla en el proyecto realizado entre 1955 y 1974 Historia moderna de México, que coordinó y entregó en 10 tomos -cinco fueron suyos- y para 1976 se avocó a Historia general de México en cuatro volúmenes. 

Otro título de relevancia es Historia mínima de México, mientras que hacia el final se dedicó a ofrecer ensayos en diversos periódicos. En 1976 aparecieron de manera póstuma sus memorias.

Los estudios de Daniel Cosío Villegas de la República Restaurada y el porfiriato son de gran ayuda para comprender la complejidad de ambos periodos históricos, a la par de sus trabajos historiográficos; fue el más importante historiador y crítico de la Constitución de 1857.

Durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez fue el único intelectual que tuvo la oportunidad de difundir sus opiniones y críticas a la figura del presidente de la República, con una serie de artículos publicados en el periódico Excélsior en los que señaló de manera muy inteligente la represión que prevalecía, destacó Jaime Labastida.

Esta experiencia –agregó– dio como resultado la publicación en 1975 del libro La sucesión presidencial, texto en el cual expuso algunos tabúes acerca de cómo se daba este proceso en México. Al siguiente año aparecieron publicadas sus memorias. 

Para Joaquín Díez-Canedo, ex gerente editorial y director del Fondo de Cultura Económica,  el legado que mejor se vincula a la sociedad es la creación en el año de 1934 del Fondo de Cultura Económica (FCE), proyecto que nació como un recurso para actualizar a México con las tendencias mundiales de la economía, en particular con la de Estados Unidos, por su evidente relación.

Al poco tiempo de su creación, dicho organismo comenzó a abrir el criterio de selección de los materiales incluidos en sus colecciones. Durante los siguientes 13 años se editaron 342 títulos distribuidos en las colecciones Economía; Política y Derecho; Sociología; Historia; Tezontle; Filosofía; Antropología; Biblioteca Americana; Tierra Firme, y Ciencia y Tecnología, indicó el editor.

“Su mayor vigencia es su postura intelectual, pues asumió desde ese ámbito un ejercicio crítico al sistema político mexicano, Daniel Cosío Villegas lo llevó a un extremo difícil sobre todo porque si bien existen antecedentes de este tipo de acciones, como lo hecho por el Partido Acción Nacional en los años treinta, o desde la izquierda con el Partido Comunista o la izquierda clandestina en esa misma década.

“Desde el punto de vista de lo que se llama ‘el círculo rojo’, o la ‘comentocracia’, que era más dócil y acomodada, él fue uno de los primeros en interesarse en hacer uso de las prebendas del intelectual, es decir, observar con un sentido crítico la vida pública, fue un pionero en ese sentido, algo que es vigente y muy fuerte en nuestros días, tanto por el lado del gobierno, ahora más abierto a la crítica, como de la sociedad en su conjunto que disfruta de una libertad de expresión muy amplia”, señaló Joaquín Díez-Canedo.

En 1947 Daniel Cosío Villegas publicó el ensayo La crisis de México, texto con el que intentó explicar el fracaso de las promesas de la Revolución Mexicana, además de exponer que México perdía su identidad nacional frente a la presencia del idioma inglés en la vida cotidiana.

La serie de ensayos El sistema político mexicano, El estilo personal de gobernar, La sucesión presidencialy La sucesión presidencial: desenlace y perspectivas, fueron resultado del enfrentamiento que tuvo con el presidente Luis Echeverría.

En el primero de ellos definió al sistema político postrevolucionario como “una monarquía absoluta, sexenal y hereditaria por línea transversal”. Denunció el tapadismo, corrupción y la demagogia.

Mientras que en El estilo personal de gobernar se centró en la personalidad del propio Luis Echeverría, para señalar así que sus defectos se vuelven característica del sistema mismo. La sucesión presidencial, representa la reflexión de Daniel Cosío Villegas sobre las características del cambio presidencial, que iniciaron durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, quien se vio obligado a imponer su decisión ante la inminente victoria de Juan Andrew Almazán frente a Manuel Ávila Camacho en las elecciones de 1940. 

La sucesión presidencial: desenlace y perspectivas, es un libro que describe cómo Luis Echeverría destapó precandidatos inexistentes mientras se reservó la decisión final, lo cual se repitió hasta el final del régimen. Explica también por qué López Portillo tuvo que romper con quien le había dado el poder.

Joaquín Díez-Canedo señaló que “desde los años del sexenio de Luis Echeverría las cosas han cambiado mucho. En la actualidad no hay alguien con el nivel intelectual de Daniel Cosío Villegas, pero la gran diferencia es que ahora existen muchas voces que como él tienen la oportunidad de hablar libremente de las cosas, de exponer sus ideas, es como si hubieran heredado el ADN que poseía para la crítica. Lo que hizo fue ganar un espacio para las voces que desde la intelectualidad pudieran hacer como él, de confrontar al sistema con inteligencia, les enseñó un camino a seguir. Aunque en nuestros días el problema son los excesos que se pueden dar en torno a la libertad de expresión”.

El tema correspondiente del Fondo de Cultura Económica, Joaquín Díez-Canedo, resaltó que el proyecto fue rebasado muy pronto en su propósito inicial de traducir a los clásicos de la economía mundial, pues podía abarcar prácticamente todas las disciplinas de las ciencias sociales, por lo que su perspectiva de adapta a la circunstancia gracias a la visión que él tuvo sobre esta casa editorial, dedicada a mantener vigente las corrientes de pensamiento más interesantes del mundo en México.

“Era una persona tremendamente curiosa, inteligentísimo, además de que había estudiado fuera de México, por lo que en su momento él fue quien tuvo el criterio necesario para llevar a cabo este proyecto, que no se limita a una época pues su planteamiento es permanente en el sentido de ofrecer a los jóvenes estudiantes de todas las ramas del conocimiento los materiales necesarios para su desarrollo”, consideró quien se ha dedicado durante décadas a la labor editorial.

“Para el desarrollo de esta casa editorial, Daniel Cosío Villegas tomó en cuenta el sesgo que pueden tener las publicaciones incluidas en el acervo del FCE, para así ofrecer un catálogo con base en los intereses de un país, una de las perspectivas que más le interesó, pues él no sólo lo planeó como una empresa, sino pensando en las necesidades educativas de México, una impronta educativa que permanece hasta la fecha”.

Información: JRA

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