A 20 años del estreno del Danzón no. 2, su autor, el compositor mexicano Arturo Márquez, subió al escenario de la Sala Nezahualcóyotl para dirigir la Orquesta Filarmónica de la UNAM como celebración de que el 5 de marzo de 1994 hiciera lo mismo el director de orquesta Francisco Savín. En estas dos décadas, el Danzón no. 2 de Márquez se ha convertido en la segunda obra de música mexicana de concierto más famosa, sólo por detrás del Huapango de José Pablo Moncayo.

Para celebrar este aniversario, la Universidad Nacional Autónoma de México, institución que comisionó el Danzón no. 2 a Arturo Márquez, organizó un concierto este martes 11 de marzo en el que también fue presentado el disco Arturo Márquez, ocho danzones, cuya producción estuvo a cargo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

En el concierto de celebración estuvieron presentes Saúl Juárez, secretario Cultural y Artístico del Conaculta; María Teresa Uriarte, coordinadora de Difusión Cultural UNAM; Gustavo Rivero Weber, director general de Música de la UNAM y el propio Arturo Márquez, quien fue ovacionado profusamente por el público asistente a la Sala Nezahualcóyotl.

“Estoy recordando que también celebro muchas de mis obras de muchas maneras, porque me han dado tanto. Son ocho danzones en un poquito más de 10 años, pero hace como 10 años que no hago un danzón y ahora ya estamos celebrando los 20 años del número 2. Hay muchas obras en las que estoy trabajando, hace poco estrenamos Alas (a Malala), para los niños y jóvenes y estoy muy contento por ello”, expresó emocionado el compositor mexicano, antes de subir a dirigir a la Filarmónica de la UNAM.

Saúl Juárez señaló que como compositor, Arturo Márquez ha adquirido ya la plenitud de su ejercicio creativo en la condición de un clásico. “Su propio tiempo lo ha confirmado como una figura determinante en la creación contemporánea. Esto sin duda no es tarea sencilla, ha implicado años de trabajo, de preparación, de conocimiento musical, de reflexión sobre sus formas y posibilidades, y sobre todo, de un talento excepcional”.

Asimismo, el secretario Cultural y Artístico del Conaculta celebró la edición del disco que reúne los ocho danzones creados por Márquez. “Tener reunidos los ocho danzones de Márquez en versión orquestal es un privilegio que agradecemos todos. Los amplios públicos que acuden a las salas de orquesta cada vez que algunos de los danzones es programado, tienen, gracias a la aparición de este disco, la posibilidad de recrear a placer ese conjunto de tan cercana identidad con los mexicanos y los latinoamericanos.

“Conaculta participó en su momento en la producción de este disco y es justo involucrarnos ahora en la tarea de comercializarlo y difundirlo, a través de nuestra red de librerías. En Conaculta tenemos la gran satisfacción de contar con el talento, la sabiduría y la resolución de Arturo Márquez para integrar el movimiento nacional de agrupaciones musicales comunitarias. Su tarea como director huésped y compositor de la obra Alas (a Malala), que constituye el himno del movimiento, ha sido muy importante para crear este programa que busca hacer de la cultura un medio de transformación y cohesión social. Su experiencia y cordialidad han contribuido en gran medida a que niños y jóvenes se acerquen a la música y para nosotros ha sido un aliado en el objetivo de que la música acompañe nuevamente y de forma cotidiana la vida de nuestras comunidades”, indicó Saúl Juárez.

En su oportunidad, la doctora María Teresa Uriarte consideró que Arturo Márquez ha combinado como pocos aquello que podríamos llamar nacionalismo. “Pero en su buen sentido, en esa manifestación que nos une como mexicanos y como latinoamericanos, eso que le pone amor a la vida y hace rechinar el corazón. Arturo Márquez ha sabido combinar ese ritmo sabroso de nuestras latitudes y llevarlo a las salas de concierto. Nos da tanto gusto que la UNAM lo haya comisionado para escribir el Danzón no. 2 en 1992 y que él dedicara esa pieza maravillosa a su hija Lily Márquez”.

Finalmente, la coordinadora de Difusión Cultural UNAM precisó que Arturo Márquez no sólo es un gran músico, sino un mexicano ejemplar. “Es un músico comprometido con su pueblo al que le ayuda a conseguir sus instrumentos para que los niños aprendan música. A todas las orquestas juveniles de México no les cobra derechos por la ejecución de sus obras, lo que hace evidente su compromiso con los jóvenes de nuestro país”.

El programa interpretado por la Filarmónica de la UNAM también contempló los danzones no. 8 y no. 7, este último tocado por primera vez en una sala de conciertos del Distrito Federal. La dirección estuvo a cargo de Enrique Barrios, quien cedió la batuta a Márquez para la interpretación del Danzón no. 2. Al finalizar, el compositor originario de Álamos, Sonora, recibió nuevamente una larga ovación de pie.

Información: MAC

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