Música creada a partir de la improvisación libre con instrumentos étnicos y de viento tradicionales, cuyos timbres se potencializan con la aplicación de procesos electroacústicos en tiempo real, es la propuesta del dueto Miranda-De Robina.

La noche del 15 de febrero en la Fonoteca Nacional del Conaculta, la dupla integrada por los compositores Marcos Miranda y Andrés de Robina ofrecieron una muestra de su trabajo con la interpretación de siete piezas, en las que se escucharon la distorsión de sonidos provenientes del clarinete alto, la flauta de origen chino, el hulusi, arpas de boca y el tarogato.

En entrevista para Conaculta, el baterista y productor Andrés de Robina explicó que la propuesta del dueto consiste en la idea de mezclar el talento de improvisación multiinstrumentista de Marcos Miranda, con la aplicación de procesos electroacústicos en tiempo real y buscar la manera de realizar muchas formas al combinar dichos elementos.

“A partir de un sonido o un aliento, él (Marcos Miranda) se expresa, a partir de ahí entro yo con los procesos electroacústicos para tratar de combinar y hacer una especie de experimentación con sonidos electrónicos”.

El cofundador del sello discográfico independiente Cero Records dijo que siempre estuvo pendiente hacer un proyecto en conjunto. “A mí se me antojaba capitalizar toda la pluralidad de instrumentos y capacidad de improvisación que tiene Marcos. Le propuse hacer un disco donde grabáramos muchos solos de muchos instrumentos y posteriormente, yo me metiera al estudio para trabajarlos y acomodarlos. Lo que hice fue combinar improvisaciones completas con otras, buscando combinar timbres, ritmo y sintonías.

“Ya el tercer material que hicimos fue de corte electroacústico. Las mismas improvisaciones pero procesadas por computadora a un extremo tal, que ya son irreconocibles en su origen, hacer una especie de cintas con electrónica que suena totalmente sintéticas y combinarlas con lo que son las improvisaciones reales. Cada pieza tiene distintos instrumentos, normalmente es uno, a veces dos, tratando de enfocarme en sacarle jugo a cada instrumento”.

El compositor especializado en la creación electroacústica por computadora detalló que la improvisación que realizan es libre. “Tratamos de escucharnos. Lleva su grado de dificultad el combinar la parte electrónica, a veces se sigue o es corta. Una rola o pieza que tocamos puede durar 4 o 10, en donde tiene que ver cómo fluye, a dónde llega y no es rígido de tiempo, eso es parte del concepto”.

Agregó que con su música buscan provocar a la audiencia, que cierren los ojos, se relajen, no piensen demasiado y se dejen llevar. “Esta música no está basada en la repetición, es más de dejarse ir, echarse en el sillón, ponerse audífonos, cerrar los ojos. No necesariamente se van a sentir bien, varía lo que le haces sentir al público. A veces les parecerá incomodo, otras profundo, es tan variado porque cada persona tiene su propia reacción a la música”.

En el concierto ofrecido en la sala Murray Schafer de la casa de los sonidos de México, el instrumentista de origen boliviano, naturalizado mexicano, Marcos Miranda se dijo muy contento de compartir las rutas que junto a Andrés han tenido en esta combinación de electrónica con improvisación, una experimentación de frecuencias y distorsión de sonidos.

En el programa donde se escucharon las piezas Traslado, (clarinete alto y medios electrónicos), Introspección(flauta y medios electrónicos), Columna de aire, (saxofón soprano y medios electrónicos), Hulusi, Hulusi(cordófono y medios electrónicos), Burbujeando (arpas de boca), Tarogato, (Tarogato y medios electrónicos),Madera en expansión (clarinete y medios electrónicos); los presentes pudieron conocer un poco de instrumentos étnicos y otros sonidos emitidos por instrumentos convencionales.

Información: DAF