A 48 años de haber debutado en el Palacio de Bellas Artes, el tenor sonorense Alfonso Navarrete regresó a ese recinto pero en esta ocasión para recibir un reconocimiento más a su amplia trayectoria que incluye 25 roles de ópera como primer tenor.

La soprano Silvia Rizo dedicó con profundo respeto y cariño el recital que, junto al pianista Armando Merino, tuvo lugar en la Sala Manuel M. Ponce la tarde de este viernes 13 de abril y en el que interpretó piezas de Johannes Brahms y Robert Schumann.

Aunque no estaba en el programa, la cantante decidió sumarse así a los festejos por la amplia trayectoria del maestro que “ha cantado más que cualquier tenor en nuestro país, que tiene más repertorio que cualquiera y que es famoso porque nunca en su vida tronó un agudo, jamás”.

Silvia Rizo manifestó su admiración al maestro que debutó en 1970, que hizo todos los papeles y que cantó con todos los grandes en la mejor época de ópera en nuestro país.

“No ha habido otra época de ópera igual, otras temporadas con esos artistas internacionales. Hubo un año en que cantó 18 veces Aída, cuándo se ha vuelto a ver eso, jamás. La ópera debe regresar a eso, se necesitan hombres como este liderando la Ópera de Bellas Artes”, expuso la cantante.

Visiblemente halagado y acompañado de su esposa María Elena, con quien lleva 57 años de casado, el tenor agradeció esta actitud tan cariñosa de sus colegas para celebrar una vida dedicada al canto, en este caso de Silvia Rizo, cantante de calidad excepcional, al dedicarle un concierto con un programa complicado que ella hizo con bastante facilidad.

Alfonso Navarrete destacó que por lo menos fueron unas 380 veces las que como tenor se presentó en el Palacio de Bellas Artes, en los papeles más importantes, pues cantó unas 50 Traviatas, 40 Cármenes, así como unas 50 veces las óperas de Sansón y Dalila y Tosca.

Aunque para él la mejor ópera “es la que estás cantando en ese momento, es la que más te llama la atención, aunque yo le tengo especial cariño a Sansón y Dalila, a Un baile de máscaras, a Carmen, al Radamés de la Aída”, mientras que en materia de compositores, sin lugar a dudas sus favoritos son Puccini y Verdi.

Recordó que a él le tocó una época brillante en materia de ópera, “porque hacíamos alrededor de 100 o 110 funciones al año, hoy se hacen 18, es un cambio radical” y esa cifra sólo era en la Ciudad de México, a las que se sumaban las presentaciones que se hacían en el interior del país: 12 funciones en Guadalajara, 16 en Monterrey, 12 en Jalapa, etcétera.

 En aquel tiempo, precisó el tenor sonorense, “había tres temporadas con alrededor de 36 funciones cada una”. Ahora la situación “está muy triste, no sé si por un problema presupuestal o un problema de organización, creo que tiene de los dos”, lo que coloca a la ópera en un foco rojo, “tirando a muy rojo”.

 El recital dedicado a Alfonso Navarrete, que se suma a los múltiples reconocimientos que se le han entregado en los últimos años como la Medalla Alfonso Ortiz Tirado y el disco doble Memorias Sonoras del Palacio de Bellas Artes con las mejores grabaciones en vivo del tenor, fue sumamente emotivo con obras de los maestros del Lied alemán.

 Y es que de Brahms se presentaron tres Lieder y Zigeunerlieder, tema compuesto por ocho canciones gitanas de amor, así como los ocho movimientos de Frauenliebe und leben de Schumann, interpretaciones todas que el tenor y el público disfrutaron ampliamente.

Información: AGB

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